1990 LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO... PASCUAL MUÑOZ LÓPEZ
Pascual Muñoz López, villenero que
siempre ha presumido de su pueblo natal, desconocido para la mayoría,
murió en 1971 en un trágico accidente de carretera.
Su carrera "de Cine" a la vista está en
este artículo extraído del libro de 1990, editado por la Caja de Ahorros
Provincial de Alicante dedicado al Cine Amateur, en el que se le
dedica un extenso homenaje a su figura.
¿Cuándo llegará el momento en que
Villena reconozca a personas como Pascual Muñoz que han dejado una gran
huella a su paso por esta vida…?
(Dibujo realizado por el galardonado pintor alicantino José Perez-Gil a su sobrino Pascual Muñoz. La niña de 6 años, Joserre Pérez-Gil hija del pintor, es la actual directora del MUBAG)
1990. LA SOLEDAD DE UN CORREDOR DE FONDO : PASCUAL MUÑOZ
Por… Luis R. Laguna Vizcaíno
Si hemos de hablar de Alicante y el Cine en la
década de los sesenta, la figura indiscutible es la de Pascual Muñoz López, un
caso atípico por estos lares mediterráneos y, al mismo tiempo, suficientemente
significativo del aquí y el entonces a lo que al Cine se refiere. Producto
típico de nuestra postguerra civil, Pascual fue el notario cinematográfico de
esta tierra, testigo de excepción de cuanto noticioso aquí surgía y pintor de
sus imágenes de la realidad cotidiana. Por fuerza, quienes deseen investigar,
históricamente sobre imágenes, el Alicante de los años sesenta habrán de acudir
a esa fuente inagotable que era la cámara de Pascual, donde una vez más el Cine
demostrará que su poder no radica en contar las cosas sino en
mostrarlas.
Nació en plena guerra civil. Precisamente el
día anterior a su nacimiento sus padres acudirían desde su Villena natal hasta
la consulta alicantina del doctor Edmundo Ramos, quien confidencialmente les
comunicaría que antes de comenzar el trabajo había estado en la Prisión
Provincial, donde aquella misma mañana había sido ejecutado José Antonio Primo
de Rivera, el fundador de Falange Española. Los Muñoz-López, empleado del Banco
Hispano Americano él y peluquera y sus labores ella, tras visitar a unas amistades,
regresaron aquella misma tarde en tren a su ciudad, donde a las 2'35 de la
tarde del 21 de noviembre de 1936 habría de nacer Pascual, que viviría sus
primeros años en Villena y Murcia hasta que en 1940 sus padres trasladaron su
residencia a nuestra ciudad.
Pascual, que posteriormente sería el mayor de
tres hermanos —el pequeño murió a los diez años tras una delicada operación
quirúrgica—estudiaría enseñanza primaria y los primeros años de bachiller en el
Colegio Sagrado Corazón que los Hermanos Maristas tenían en el Paseo de Gadea,
muy cerca de su casa. Luego sería alumno de los Salesianos, donde ya con
catorce años, —y tal vez por la influencia apostólica de algunos de sus
maestros, especialmente D. Antonio— se despertaría en él una fuerte vocación
religiosa.
Homenaje
a Pascual Muñoz
—iPapá, si soy sacerdote siempre me tendrás!—
fue la razón de peso esgrimida para lograr el consentimiento familiar. Acompañado
del sacerdote Miguel Gil, —tío de su madre y organista, beneficiario y más
tarde canónigo de San Nicolás— y de sus padres acudiría hasta el despacho
oriolano del obispo García Goldaraz. Allí se concretó que continuara sus
estudios de bachiller en el Seminario de San Miguel, pero a su salud quebradiza
no parecían probarle bien las aulas del Seminario de Orihuela y tras completar
el quinto de bachiller abandonaría definitivamente sus estudios sacerdotales.
Alicante, abril de 1945
«Y lo que son las cosas, que yo no me las
explico, del Seminario trajo la idea del Cine»—nos confesaba su padre, cuando
le inquiríamos sobre el origen de la afición cinematográfica de Pascual. No
deja de ser curioso que al comenzar los años cincuenta naciera en un
seminarista de Orihuela una vocación tan fuerte hacia el Séptimo Arte, como a
lo largo de su corta vida evidenciara Pascual Muñoz, cuando precisamente en
aquella época la Iglesia Católica, y más concretamente la española, no se
distinguía precisamente por una fervorosa devoción al Cine, como pudiera
deducirse de la lectura de una hoja de calendario de tipo religioso cuyo texto,
correspondiente al 3 de julio de 1947, no nos resistimos a
reproducir:
El cine da a los niños y jóvenes una idea
completamente equivocada de la vida.
El cine es el mar donde ha naufragado la
inocencia de millones de niños y jóvenes.
El cine quita el amor a los estudios y a las
lecturas serias.
El cine lanza el corazón de los niños y los
jóvenes al mar de las luchas pasionales antes de tiempo.
El cine hace perder el respeto a los padres.
El cine enseña a no buscar más que el placer y
el egoísmo en todas las cosas.
El cine es un atentado contra la vista, los
nervios, el corazón y los pulmones de los niños.
El cine enseña y persuade los vicios más
abyectos.
El cine es la escuela del crimen.
El cine es un eficaz propagador de la moda y
costumbres inmorales.
De nuevo en Alicante, Pascual volvería al
colegio de los Salesianos y ultimaría su preparación para ingresar en un banco
siguiendo la tradición paterna, meta que lograría, en unión de su primo
Salvador, antes de cumplir los diecisiete años, pues el 9 de julio de 1953
comenzaría a prestar servicio en la sucursal del Banco Hispano Americano en
Villena.
Seminarista en Orihuela
Su espíritu inquieto encontraría acomodo co¬mo
locutor-redactor en Radio Juventud de Villena, donde colaboraría más de dos
años compaginando su labor en las ondas con el cotidiano trabajo en la entidad
bancaria. Sin embargo aquello, una situación económica estable y una afición
alimentada por su trabajo radiofónico, no habría de adormecer su clara vocación
por el Cine. No en vano algo estaba cambiando por aquellos años en Madrid,
donde el 13 de febrero de 1953 se había fundado la Filmoteca Nacional, había
aparecido la revista especializada «Objetivo», García Escudero había pasado fugazmente
por la Dirección General de Cinematografía y Teatro y el Instituto de
Investigaciones y Experiencias Cinematográficas, aún no Escuela Oficial de
Cinematografía, demostraba su razón de ser y existir con los sonoros triunfos
de sus primeros alumnos —BIENVENIDO MR. MARSHALL, de Berlanga y COMICOS, de
Bardem, ambas de 1953—. De otro lado, Basilio Martín Patiño, desde el Cine Club
Universitario del Sindicato Español Universitario de Salamanca, había
organizado las famosas Conversaciones Cinematográficas Nacionales, con
patrocinio de la Dirección General de Cinematografía y del Sindicato del
Espectáculo, a las que había asistido la flor y nata de la industria y la
crítica española y donde Bardem lanzaría su ya legendario pentagrama sobre la
situación del cine patrio. Publicaciones como «LA HISTORIA EN CIEN PALABRAS DEL
CINE ESPAÑOL», del mismo García Escudero, publicado por el Cine Club del S.E.U.
salmantino en 1954, hacían un crítico análisis, no exento de especial lucidez,
sobre el cine español que las ya casi dos primeras décadas del franquismo
habían producido. Aquellas justas cien palabras decían textualmente
así:
«Hasta 1939 no hay cine español, ni material,
ni espiritual, ni técnicamente. En 1929 y en 1934 da sus primeros pasos. En
1939 pudo echar a andar, pero se frustra la creación de una industria, así como
la posibilidad de un cine político. Continúan las castañuelas y el smoking.
Sobre los intentos de cine sencillo se desploma el cine de gola y levita, y un
cine religioso sin autenticidad. El neorrealismo, que pudo ser español, se
reducirá a una película tardía. Pero nuestro cine supera al de 1936 y puede
esperarse que los jóvenes le den el estilo nacional que necesita».
... Y Pascual Muñoz es joven, aún no tiene los
veinte años y continúa cultivando su afición cinematográfica mientras ansioso
espera la llegada de una oportunidad. Casi casualmente habría ésta de venir en
forma de una entrevista.
Tal vez por la prensa se entera que el
director cinematográfico Manuel Mur Oti se encuentra en Alicante. Pascual, ni
corto ni perezoso, no lo duda, pide un día de permiso en su banco villenero y
se presenta en el hotel alicantino donde el cineasta se hospeda. Mur Oti gozaba
entonces de un notable prestigio dentro del panorama cinematográfico nacional.
Nacido en Vigo había emigrado a La Habana, donde, tras intentar estudiar Leyes,
había desarrollado una notable carrera como escritor de novelas y obras
dramáticas. Terminada la guerra civil había regresado a España consiguiendo
quedar finalista del Premio Nadal con su novela «Destino negro», que convertida
en guión cinematográfico logró el premio del Sindicato Nacional del Espectáculo
de 1946. Con fama de cosmopolita, poeta y viajero infatigable, Mur Oti venía a
ser algo así como el tuerto en un país de ciegos, aureolado con cierta fama de
genio por su primer film «Un hombre va por el camino» (1949) había acrecentado
su reconocimiento profesional en 1951 con «Cielo negro», película, muy por
encima de la media nacional en cuanto a técnica y argumento, que terminaba
—según Mur Oti— «con el travelling más largo de la historia del cine», el cual
—siempre se¬gún Mur Oti— era proyectado casi a diario a los estudiantes cinematográficos
parisinos del I.D.H.E.C.
La entrevista en el Hotel Carlton con Manuel
Mur Oti —quien ya disponía de su propia pro-ductora desde 1953, la Celta Films—
habría de ser capital para Pascual Muñoz. El director afamado queda sorprendido
de la afición de nuestro paisano y le promete su ayuda.
—Pero tienes que ir a Madrid— han sido las
palabras finales y Pascual pide su cese en el Banco Hispano Americano el 14 de
mayo de 1956. En el coche particular de un cliente del banco, Rafael Llobregat,
marcha con su padre a la capital y allí queda instalado como residente en la
Escuela de Capacitación Social del Ministerio de Trabajo. Becado por el
Ministerio se prepara para la especialidad de Operador Cinematográfico.
No consigue el ingreso en el I.I.E.C. —futura
Escuela Oficial de Cinematografía— e inicia el difícil acceso a la profesión a
través del meritoriaje. No hay nada ya que pare a nuestro solitario corredor de
fondo, que asciende paso a paso, peldaño a peldaño, en una difícil carrera en
la que es preciso aprender deprisa si no quiere volver derrotado a estas
orillas del Mediterráneo.
Así, en febrero de 1957 empieza a trabajar
como Meritorio de Cámara a las órdenes del operador jefe Juan Mariné en la
producción que para Cesáreo González dirige su admirado Mur Oti. Se trata del
film «EL BATALLON DE LAS SOMBRAS» y en él intervienen actores de la talla de
Emma Penella, José Suárez y Vicente Parra. Terminado el curso de la Escuela de
Capacitación Social, donde contó con la estimable ayuda de su director
Francisco Aguilar, se instala en una pensión de la calle Concepción Arenal e
inicia su colaboración en los Servicios de Cine del Frente de Juventudes, donde
realiza como segundo operador varios reportajes y documentales a las órdenes de
Antonio Almagro y Manuel Yusta.
Rafael Gil es otro gran director del cine
español del momento, que ya entonces ha logrado éxitos tan rotundos como «El
hombre que se quiso matar», «Huella de luz», «El clavo», «Reina Santa», «Don
Quijote de la Mancha», «La callé sin sol», «La Señora de Fátima», «La guerra de
Dios» y el «El beso de Judas». Gil va a rodar en 1957 su vigésimo noveno
largometraje, «CAMAROTE DE LUJO», y Pascual Muñoz se las ingenia para
intervenir en él como Meritorio de Cámara bajo las órdenes del ya entonces
prestigioso operador jefe Alfredo Fraile. La película es interpretada por
actores españoles que están entonces en el cénit de sus respectivas carreras
gozando de gran popularidad: Antonio Casal, María Mahor, Manolo Morán, Fernando
Sancho y Marco Davó. Pascual va aprendiendo el dominio de la cámara junto a los
mejores, mientras compagina su trabajo con pequeños papeles y apariciones como
extra que le permiten sobrevivir en la capital dentro del mundillo
cinematográfico que le es tan querido.
Su vinculación con la productora de Cesáreo
González, Suevia Films, le permite terminar su aprendizaje, ya como auxiliar de
cámara o segundo operador, en la vigésima segunda película del taquillero
director Ramón Torrado, quien ya había logrado suculentos éxitos económicos,
con «Botón de ancla» (1947) «La niña de la venta» (1951) y «Malvaloca» (1954),
triunfos que prolongaría posteriormente en su dilatada carrera con títulos como
«Fray Escoba» y la mayoría de las películas de Manolo Escobar. Bajo las órdenes
de Torrado trabaja Muñoz en «HEROES DEL AIRE», logrando así, en muy poco tiempo,
completar el curriculum suficiente para acceder a la profesión que siempre le
había entusiasmado.
Bien relacionado en Madrid, entabla una
entrañable amistad, que se prolongaría hasta su muerte, con el Marqués de Santacara,
Joaquín Argamasilla, Director General de Cinematografía y Teatro, y sin duda,
junto con Mur Oti, una de las personas que más le ayudaría e influiría en su
formación cinematográfica. El mismo Pascual así lo manifestaba al desaparecido
periódico alicantino «PRIMERA PAGINA» pocos años antes de su
muerte:
«Joaquín Argamasilla, Ex-Director General de
Cinematografía, me ha enseñado muchas cosas, muchísimas; hoy es el amigo con
quien más hablo de cine; cuando voy a Madrid, nos pasamos las horas muertas
hablando de cine; le gusta mucho; y es un productor ejemplar; siempre me enseña
algo nuevo».
Madrid, febrero de 1957
Viste Pascual el uniforme de oficial de la
Cruz Roja madrileña y termina en 1957 colaborando con el Servicio de Medios
Visuales de la Comisaría de Extensión Cultural del entonces Ministerio de
Educación Nacional; sin embargo, ha de volver a Alicante, cuando ya casi todo
parecía indicar que su vida habría de quedar encauzada en Madrid, para hacer el
servicio militar. Destinado aquí, desempeña funciones de oficinista en la Zona
de Reclutamiento y Movilización, pero no por ello habrían de aplacarse sus
ardores cinematográficos y así en la primera plana del semanario alicantino
«SABADO INFORMATIVO» de 8 de noviembre de 1958 la fotografía de un simpático
perrito sosteniendo una claqueta anuncia el inicio del rodaje de un
cortometraje en el Barrio de Santa Cruz para la televisión inglesa. No hay
duda, Pascual ha decidido tomar, como acertadamente señala el reportero Antonio
Ribes, la alternativa.
«UN PERRO LLAMADO... PERRO» en principio es un
proyecto que no debe superar los cuarenta y cinco minutos y está pensado para
ser vendido a las televisiones inglesa y española.
«He pretendido que su argumento sea
esencialmente humano, y, como tal muy sencillo, pues es la historia de un perro
y una niña que viven en el barrio de Santa Cruz, llena de ironía por su crítica
actual, con ratos de comicidad que juegan con el dramatismo pueril de la niña»
—explicaba Pascual al periodista, mientras subrayaba la poesía latente en su
guión—. «He puesto todas mis ilusiones y experiencias y estoy encariñado, ya
que he creado dos personajes muy salados, como son la niña y el perro, aunque
considero este guión algo difícil de realizar, pues el dirigir a una niña de
corta edad, y sobre todo a un perro, no es cosa sencilla».
La película es una proeza, hecha dignamente
casi sin medios. Felipe Montesinos, un mancebo de la farmacia de la plaza Calvo
Sotelo justo a la entrada de la calle San Francisco, ha aportado su cámara al
proyecto y se encarga de la fotografía como operador. El perro, que en nada
tiene que envidiar a la ahora televisiva Pippin, es cedido por un maestro
gallego afincado en Alicante, José Peón, y el rodaje se desarrolla con gran
ilusión por las calles y plazas del barrio santacrucino, del casco antiguo y
aledaños del Ayuntamiento.
¿El Barrio de Santa Cruz en
la T.V. inglesa?
Se trata de una película de
corto metraje
realizada por Pascual
Muñoz...
El amor por su tierra alicantina queda patente
desde la primera película y ello ha de ser una constante en toda su
filmografía. En plena euforia creadora Pascual sigue escribiendo guiones, termina
el titulado «Una mujer al azar» y perfila el de un largometraje, «Los
inconfesables», que nunca realizaría, mientras que, estudioso del Cine,
escrudiña los planos de las películas de Chaplin, René Clair y Elia Kazan y
queda ensimismado por la genialidad de Federico Fellini. No le faltaba talento,
conocimiento e intuición a nuestro paisano, pues bastantes años más tarde, en
1988 con motivo del Año Europeo del Cine y la Televisión, Fellini sería
galardonado como el mejor cineasta europeo de todos los tiempos.
El 28 de octubre de 1956 Televisión Española
había comenzado a emitir. Curiosamente su primer programa consistió en una
misa, como no podía ser menos en la católica España. Poco a poco aquellas
primeras emisiones irían cubriendo el territorio nacional y los pioneros del
Paseo de La Habana fueron coinvirtiéndose en personajes familiares y habituales
en los hogares del país: el «boom» de la televisión había llegado de modo
imparable. Además de rostros populares para aparecer en pantalla, hacían falta
técnicos y Pascual Muñoz lo era. Tras algunos trabajos para los servicios
centrales, comienza en 1959 a desempeñar el cargo de corresponsal cameraman de
TVE en Alicante.
Primero en bicicleta, luego en vespa y más
tarde en un utilitario seiscientos, la cámara viajera de Pascual cubría la
noticia para los espacios informativos de la televisión. Tuvo a su cargo las
provincias de Alicante, Murcia y Albacete —hasta que en éstas dos últimas
fueron nombrados corresponsales— y, en ocasiones, sus servicios eran requeridos
fuera del área que le había sido encomendada, como ocurrió con mo¬tivo de las
inundaciones de la ciudad de Valencia. Son miles los trabajos filmados —en
blanco y negro y en color—, siempre en soporte cine, desde que Pascual Muñoz
fundara la corresponsalía de TVE en Alicante. Muchos de aquellos trabajos
desgraciadamente han desaparecido a causa de un incendio acaecido a finales de
setenta en los archivos del Centro Regional de Televisión en Valencia; sin
embargo, no faltan testimonios sobre la calidad de los mismos, como puede
desprenderse de los párrafos de la carta que el 2 de enero de 1960 le enviara
José María Soler García, descubridor del Tesoro de Villena:
«Desde Barcelona y desde Palma me comunican
haber captado perfectamente el reportaje sobre EL CABEZO REDONDO. Le felicito
por su pericia técnica y me felicito yo también por haber encontrado en Ud. un
colaborador tan eficaz.
En nombre propio y en el de la Arqueología
Española, tan necesitada de comprensión y ayuda, mi más rendido
agradecimiento».
La prodigiosa década había comenzado muy bien
para Pascual que con sus veinticuatro años queda convertido en todo un
personaje a nivel local, periodista sin competencia en su ámbito profesional,
respetado por el resto de la prensa y radio, requerido frecuentemente por
quienes detentan esferas de poder. Es la fuerza de la imagen, el hombre de la
tele aquí. Avalado por el curriculum de su aprendizaje junto a los mejores —fue
también ayudante de cámara en la superproducción de Stanley Kramer «ORGULLO Y
PASION» con Cary Grant, Sophia Loren y Frank Sinatra en los papeles
este-lares—, está en plena ebullición, desbordante de proyectos que traduce en
guiones, sin ami-lanarse ante negativas como la que le llega el 7 de marzo de
1960 desde Producciones Benito Perojo:
«A mi regreso de exteriores me encuentro con
su carta de fecha 25 del pasado mes.
Adjunto le envío sus dos guiones titulados
«CARNAVAL EN EL ALMA» y «HA LLEGADO UN NAUFRAGO», ya que por el momento sólo
tenemos en plan de producción películas con Sarita Montiel. Espero que en otra
ocasión podamos llegar a algo positivo».
Consciente de la necesidad de no quedarse
anclado en la terreta por muy confortable y reconfortante que ésta le fuera,
junto al calor de los amigos y de la familia y a las ilusiones de la novia de
toda la vida —Maricarmen—, Pascual intuye que ha de salir al extranjero si en
verdad quiere ser algo en su profesión. Así, en la primavera de 1960 Fernando
Gil en su columna de INFORMACION «Los temas del día» se hacía eco de la nueva
aventura que el emprendedor Pascual comenzaba:
«PASCUAL MUÑOZ, DE TVE, SE MARCHA A LA COSTA
AZUL A HACER UN CORTOMETRAJE»
LA PRIMAVERA nos trae ahora esta noticia y en
su día un documental de cine; esta semana marcha a Francia Pascual Muñoz, que
se va cargado de su tomavistas porque el motivo del viaje no es el placer, sino
el trabajo. Pascual Muñoz, corresponsal en Alicante de Televisión Española, ha
facilitado durante los últimos meses interesantes reportajes sobre la
actualidad en nuestra provincia, los cuales han sido difundidos con frecuencia
en la emisión «Telediario» de la TVE. Enamorado del cine, para el que ha
trabajado en múltiples ocasiones —Cesáreo González conoce las habilidades de
nuestro paisano como fotógrafo operador—, realizó en nuestra capital un
cortometraje del que ya dimos cuenta en su día: «Un perro llamado... perro»,
que ahora va a presentar en la televisión francesa. Ahora a Francia, ya lo
he¬mos dicho; al Sur y más concretamente a Niza, Marsella, Montpellier... Allí
realizará un cor-tometraje —45 minutos de duración— titulado poco más o menos
«La Costa Azul en prima-vera», hecho, dirigido y producido por él, que será
pasado, una vez concluso, por las esta-ciones de televisión de Francia, Italia
e Inglaterra. Paralelamente a estos trabajos estimulados por su vocación e
inquietudes, Pascual Muñoz lleva esta misión: trabajar en los estudios de cine
de Montpellier, desde donde le ha llegado una interesante proposición. Si
cambiará el cine por la televisión no está decidido todavía, pues el intento
principal es el cortometraje sobre la primavera en la Costa Azul, que el resto
ya llegará».
Hábil para las relaciones públicas, el hombre
de las noticias se ha convertido a sí mismo en noticia y la prensa francesa se
hace eco de su presencia. Así, con una fotografía de Pascual Muñoz haciéndose
acompañar de una intérprete recogía el 6 de abril de 1960 el diario MIDI LIBRE
de Montpellier la visita:
«UN REPORTER DE LA TELEVISION ESPAGNOLE EST
VENU A MONTPELLIER POUR FILMER UN DOCUMENTAIRE»
destiné á la T. V. de son pays.
M. Pascual Muñoz, né á Alicante, ágé de 23
ans, est reporter á la Télévision espagnole. II est venu nous voir, á notre
bureau accompagné de Mlle Moliere, une étudiante de notre Faculté des
Lettres.
M. Muñoz ne parle pas notre langüe. II nous a
dit ce qu'il était venu voir et faire á Montpellier, par le truchement de sa
charmante interpréte, qui le pilote dans la ville. Le jeune reporter est dans
notre cité pour réaliser un documentaire sur les principaux monuments,
promenades, vieux hótels, etc... M. Muñoz qui fait suivre sa caméra au cours de
ses pérégrinations montpelliéraines, choisit ses plans, ses sequences et il
destine ce court film (le documentaire doit avoir une durée de projection
d'environ vingt minutes) á la Télévision de son pays. Ce cinéaste est, en
Espagne, spécialement chargé des événeménts intéressant la région d'Alicante et
de Murcie. II a á son
actif quatre-vingtdix reportages.
Nous
saisissons quelques mots, tandis qu'il s'exprime avec chaleur et enthousiasme
dans sa langue. Notre jeune confrére de la T. V. espagnole
a demandé un congé pour venir á Montpellier. II a déjá repéré des angles de
prises de vues. II a fait les deux-tiers de son travail.
Mais nous
désirons connaitre comment il est venu au petit écran.
M. Muñoz, nous explique son interpréte, a déjá
fait un film pour la Télévision espagnole, un film qu'il a titré: "Un
chien appelé... chien", et dont il a écrit le scénario et réalisé la mise
en scéne. Ce film doit passer sur les écrans de T. V. anglais et italiens sous
peu. Par ailleurs, le jeune reporter a, á son actif, une importante
participation á quatre films de cinéma, en quelité de cameraman. II a été premier assistant du
réalisateur de "Orgueil et passion" avec Cary Grant, Frank Sinatra et
Sophia Loren. II a écrit des scénarios de films qui n'ont
pas encore été tournés. M. Muñoz, apprenons-nous encore, a choisi certains
extérieurs du film "La reine de Saba", avec Gina Lollobrigida et Yul
Brynner.
Enfin, notre hóte nous dit qu'il a travaillé
en collaboration avec Manuel Mur Oti, selon lui, le meilleur cinéaste
espagnol.
Et la télévision ? M. Muñoz, qui a travaillé ferme
pour accéder au rang de réalisateur, estime que I'outil, en soi, est une
merveille de la technique moderne. La télévision peut et doit etre, selon lui,
un excellent instrument de culture, dans la mesure oú les programmes sont
dosés, et choisis avec discernement et avec le souci de ne pas dégrader le
téléspectateur.
La conversation se poursuit á báton rompus. M.
Munoz aime son metier. Et il ne le cache pas.
II évoque ensuite les horaires de la
Télévision espagnole: 15 h. et 20 h. 30, les actualités télévisées. On mange tard en Espagne, ne
l'oublion pas. Et les émissions se poursuivent jusqu'a minuit et
demie.
Pour terminer l'entretien, nous demandons á
notre confrére quel est, en Espagne, l'acteur français qui est le mieux coté.
Eh bien, c'est Jean Gabin. Toutefois, labas (combe partout ailleurs) il y a une
clientéle féminine pour Jean Claude Pascal ! La fleur bleue se cultive sous
toutes les latitudes.
Nous prenons congé de M. Muñoz et de son
pilote. Mlle Moliére. Nous sommes súr que notre jeune confrére dont le
regardest aigu et sait voir juste, saura déceler ce que les vieilles pierres
montpelliéraines récélent de beauté».
Montpellier,
1960
Tal vez aquel viaje, con el conocimiento
directo del trauma que para Francia estaba significando la guerra de
independencia de Argelia, le mueve, a su regreso a España, a solicitar de los
servicios informativos de TVE ser enviado como corresponsal voluntario al foco
de aquel conflicto bélico. Su campo de operaciones fue Siri Belabes, donde
estaban las tropas de élite de la legión francesa, remitiendo sus filmaciones
directamente a los servicios centrales de TVE.
De regreso a Alicante, su siguiente trabajo
importante, además de seguir cubriendo la corresponsalía de TVE, será su
primera película turística. Se trata de un documental filmado en ferraniacolor
titulado «ALICANTE». Los paseos, calles y playas de la ciudad, junto al
castillo de Santa Bárbara, serían los protagonistas indiscutibles de esta cinta
que obtuvo el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Alicante, por entonces
presidido por el legendario alcalde Agatángelo Soler. La película, fechada en
1960 y con guión compartido con Virgilio Miralles, es una objetiva panorámica
que pone de manifiesto el pujante desarrollo de la ciudad al comienzo de la
década. Profusamente difundida dentro y fuera de nuestras fronteras habría de
contribuir muy positivamente para que Alicante se convirtiera en centro de
atracción turística. Su visionado hoy sin duda ha de traer un cierto halo
nostálgico y sus imágenes casi treinta años después tienen auténtica categoría
de testimonio histórico.
Siempre continuando con su cotidiano trabajo
para televisión, cabe señalar como más relevante en los años 1962 y 1963 su
contribución a difundir «El Misterio de Elche» en las televisiones francesa e
italiana. Pascual, que proseguía su vinculación con el Servicio de Medios
Visuales de la Comisería de Extensión Cultural del Ministerio de Educación
Nacional en Madrid, conoce allí al realizador francés Marcel Annún, quien
andaba buscando temas sobre cultura y folklore español a fin de dirigir una
serie de documentales sobre ellos para la televisión gala. Intimidan y Muñoz le
habla de la joya que con raíces medievales se representa como auto sacramental
cantado en la ilicitana Basílica de Santa María, tan entusiásticamente que en
agosto de 1962 se filma en la ciudad de las palmeras para la RTF el drama sacro
lírico del «Misteri», dirigiendo Annún y ocupándose de la cámaras Muñoz. La
colaboración con el realizador francés se prolongaría en una producción para X
Films denominada «OPUS H» y en una nueva película para la televisión francesa
sobre las fiestas pamplonicas del San Fermín de 1963. El eco obtenido en Europa
por el trabajo de Annún y Muñoz sobre la insólita representación ilicitana
llama la atención de la RAI, que envía en 1963 a su realizador Aldo Balccini a
los servicios centrales de TVE en Madrid para contactar con Pascual Muñoz y
realizar un nuevo cortometraje sobre la representación de «El Misterio de
Elche» de 1963.
1964, siempre en la prodigiosa década de
Pascual, habría de traerle una nueva alegría. Sus trabajos para televisión, que
no han pasado desapercibidos, y su contrastada calidad como cámara y
documentalista son determinantes directos para que sea nombrado Operador de
NO-DO, el noticiario documental español por entonces de obligada proyección en
todas las salas cinematográficas como complemento a las películas que se
exhibían. Nuevamente es Alicante su centro de operaciones y desde la cámara de
Pascual Muñoz se captarían hasta su muerte las imágenes que sobre nuestra
provincia existen en los archivos del desaparecido NO-DO, ahora depositados en
la Filmoteca Nacional de España.
En abril de ese mismo año crea su propia
productora. La bautiza con el alicantino nombre de LEUKA FILMS y a ella va a
dedicar sus más ilusionados esfuerzos, consciente, como profesional que es, de
la necesidad de dar un soporte industrial a su actividad. Enfoca todas sus
primeras tareas hacia el cortometraje y dentro de él se especializa en los
documentales turísticos. El primero en aparecer bajo la nueva marca es el
titulado «CRUCES Y MEDIAS LUNAS», sobre las fiestas alcoyanas de moros y cristianos. Filmado en 35 mm. y eastmancolor,
aprovecha como escenario el paisaje provincial para, aderezándolo con la música
festera, los desfiles, las simuladas guerrillas y los trajes fastuosos,
trasladar la vistosidad de la fiesta al ambiente de «las mil y una noches»,
según el mismo Muñoz afirmaba en la publicidad del corto.
Las hogueras alicantinas serían las
protagonistas inmediatas del siguiente documental, «HOGUERAS DE SAN JUAN»,
donde, con guión del periodista Fernando Gil, la música del maestro Torregrosa
y la voz de F. Cantalejo, realiza un recorrido desde la típica «plantá» hasta
la mágica noche de la «cremá». Hoy, más de veinticinco años después, podemos
afirmar que es sin duda el cortometraje más difundido sobre nuestras fiestas,
pues, además de la excelente distribución que el propio Pascual efectuó en
vida, que consiguió su compra por TVE que lo emitió el 19 de mayo de 1967,
sería exhibido durante los cinco años siguientes a 1973 por José Esteban Alenda
en las salas comerciales de toda España.
La llegada al puerto alicantino del colosal
transatlántico norteamericano «lndependence» es el motivo de arranque de
«ESCALA EN ALICANTE», un nuevo documental sobre nuestra ciudad, en el que de modo
alegre y divertido describe los encantos y atractivos que para el turista
disponía la actual capital de la Costa Blanca en aquella época.
ALICANTE
(cortometraje)
Cámara y dirección: PASCUAL
MUÑOZ
El pujante desarrollo de Benidorm también es
objeto de su atención por partida doble en «BENIDORM, BAHIA AZUL» y «NOCHES DE
BENIDORM», en las que, con la colaboración en el guión de Miguel Martínez
Monge, la voz en Cantalejo y la música de Pedro Menjibar, la vida diurna y
nocturna de la antaño villa de pescadores va transformándose en el ambiente
cosmopolita que haría famosa a la ciudad-turismo, convirtiéndola en el colosal
gigante que ahora, en los años noventa, es. El contraste entre el hoy y el ayer
dan a ambas cintas un valor añadido, casi testimonial de un cierto paraíso
perdido en aras al milagro turístico español.
Completa esta primera serie de LEUKA FILMS un
cortometraje que serviría en la primera semana de agosto de 1965 para inaugurar
los II Festivales de España en Altea. Se trata de «ALTEA, PARAISO BLANCO»,
donde, con guión del entonces alcalde alteano José M. Planelles, Pascual da una
tranquila visión del pueblecito blanco conservador de sus tradiciones y de su
paisaje sin que por ello renunciara al maná turístico que entonces llegaba cada
verano, utilizando en la presentación cuadros de A. Conejo, B. Palencia y
Jenaro Lahuerta.
El trabajo que Pascual Muñoz dedica a su
naciente productora no impide que prosiga con sus tareas habituales como
corresponsal para NO-DO y TVE, recibiendo abundantes felicitaciones y
galardones por sus filmaciones. Así cabe destacar el Accésit al Premio Nacional
de Televisión concedido en diciembre de 1964 por la Federación Española de
Balonmano por sus méritos contraídos en la difusión de dicho deporte en la
pequeña pantalla. Igualmente, en esta época hay que datar su etapa como crítico
cinematográfico para el diario LA VERDAD que por aquel entonces abrió su
delegación en Alicante. Sin embargo una nueva idea se mueve entre sus proyectos
y, a mitad de camino entre el cine publicitario y el cortometraje documental,
surge su concepto del cine industrial. Es en esta faceta donde mejor
conseguiría rentabilizar económicamente su experiencia y profesionalidad, obteniendo
unos productos cinematográficos dignos, que con un claro carácter divulgativo
sirvieran para dar a conocer los productos de aquellas empresas que, con total
libertad, le confiaban películas de encargo. Obviamente siempre existía de modo
previo una paciente labor de convencimiento y relaciones públicas por parte de
Pascual con los diferentes capitanes de empresa, que, ante las entusiásticas
explicaciones del cineasta sobre las inmensas posibilidades que ofrecía el
Cine, solían terminar claudicando ante la tentación de perpetuar en celuloide
sus realizaciones empresariales. Así nacieron películas como «GOZO Y VERDAD DEL
AHORRO» y «AHORRO, REALIZACIONES EN EL SURESTE», patrocinadas por la Caja de
Ahorros del Sureste de España, en las que recogía aspectos interesantes de la
obra benéfica, social y cultural de la hoy mediterránea CAM en las provincias
de Murcia, Alicante y en la villa albaceteña de Caudete. Precisamente
aprovechando la cobertura de la entidad de ahorro, por entonces muy interesada
en publicitar en término Sureste, en los primeros meses de 1966 Muñoz
Promocionó todas las producciones hasta entonces realizadas por Leuka Films en
un «Gran Festival de Cine del Sureste», que fue presentado en diversas
localidades de la provincia destinando los beneficios económicos de la venta de
localidades a obras benéficas —generalmente el asilo local, tal como ocurrió en
Monóvar el 16 de marzo de 1966—. Dicho festival también fue ofrecido en
Alicante y la prensa una vez más, en este caso LA VERDAD de 11 de febrero de
1966, nos ofrece el testimonio de lo acontecido y la opinión que aquellas
cintas, —«HOGUERAS DE SAN JUAN» y «BENIDORM, BAHIA AZUL» habían sido
seleccionadas por la VI Semana Internacional de Cine Turístico de Luanco—
merecían al público asistente, así como las elogiosas alabanzas del compañero
periodista hacia un Pascual aún vivo, en plena época creadora y sin el triste
calificativo de malogrado con el que habría de pasar a la posteridad: «UN BUEN
FESTIVAL DE CINE DEL SURESTE Pascual Muñoz conoce la región que ha plasmado en
su cámara. Conoce sus tierras, sus aguas, la cadencia de sus palmeras y hasta
su rítmica. Y conoce su alma, su latido auténtico.
Como, además, conoce bien, muy bien, su
oficio, no es de extrañar que el festival de cine del sureste que ayer tarde se
proyectó en el Principal bajo el patrocinio de la Caja de Ahorros del Sureste
de España y a beneficio del Asilo de Ancianos de Benalúa, constituyese un
auténtico éxito.
Peñíscola, febrero de 1961,
rodaje de "El Cid"
Pascual Muñoz, por otra parte, ha tenido el
acierto de acercar su cámara al centro mismo de lo más representativo del
folklore alicantino, de forma muy particular. Moros y cristianos y Hogueras de
San Juan, enlazados con el cada vez más patente impacto turístico, llenan estos
miles de metros de celuloide, plenos de colorido, fuerza y expresividad. Muy
conseguidos están también los documentales referentes a las actividades de la C.A.S.E.,
aunque sean aquéllos superiores por la específica naturaleza del
tema.
En suma, un verdadero acierto que sería de
desear trascendiera de las fronteras regionales, porque el mensaje del Sureste
en general y de lo alicantino en particular bien merecen la máxima difusión por
todos los rincones del mundo. La honestidad del trabajo cinematográfico, por
otra parte, también.
A.G.
Para las películas patrocinadas por la
C.A.S.E. cuenta con la colaboración en el guión de José Gil, inspirándose para
una de ellas en «El Tío Miserias» de Carlos Arniches y consiguiendo todo un
canto al ahorro en la parábola, rodada en su mayor parte en el mesón «El
Chichorro» de la playa de La Albufereta, que, interpretada por Ángel Martínez
en el papel de pregonero, compara el dinero improductivo que no fluye con las
aguas estancadas, que de ser canalizadas habrían de generar riqueza. «TUS MANOS
SEREMOS NOSOTROS», «UNA EMPRESA DE TODOS», «SOL DE ESPAÑA EN LOS TOMATES ETASA»
—seleccionada en el IV Certamen Nacional de Cine Industrial y guión de José
Gil— son buenos ejemplos de este tipo de cine al servicio de una empresa al que
Pascual se dedicó profusamente tratando así de consolidar su faceta como
productor; sin embargo su mayor éxito en este campo le vendría dado de la mano
de Antonio Pérez Adsuar, quien para publicitar su fábrica —Alfombras Imperial
de Crevillente— le encargaría un documental. Surge así «LA ALFOMBRA», un
soberbio y didáctico cortometraje sobre el proceso empleado en la elaboración
de las tradicionales producciones crevillentinas. Borda Pascual con la cámara
el espléndido y ameno guión escrito por su amigo y colaborador habitual
Fernando Caro, mientras que el locutor de toda una época —Matías Prats— presta
su voz inconfundible. El resultado es un film muy por encima de las
encorsetadas coordenadas del cine meramente publicitario que merecería la
Mención de Honor del VI Certamen Nacional de Cine Industrial, premio que
recibiría en febrero de 1969 de manos del Ministro Solís Ruíz y que habría de
significar, digamos, su consagración en el terreno del cine industrial,
permitiéndole al mismo tiempo, además de una fuerte inyección de moral,
disfrutar de un cierto florecimien¬to económico que Pascual se encargaría de
traducir en la compra de un nuevo coche, un «haiga a la española» —era un
precioso Dodge Dad azul—, con el que sustituir al utilitario cuatro caballos,
sucesor de aquel viejo y legendario seiscientos de sus comienzos.
Durante dos años, de mayo de 1966 a mayo de
1968, abandona Alicante y marcha a Madrid prestando sus servicios como filmador
en el Centro de Producción de TVE en Prado del Rey, buscando con ello su mayor
consolidación como profesional de una televisión que en España entonces sólo
tiene diez años y acaba de dar el salto cualitativo y cuantitativo desde los
primitivos estudios del Paseo de La Habana a las modernas instalaciones junto a
la Casa de Campo. Objetivo que va obteniendo paulatinamente, como constata el
dato de su inclusión el 9 de diciembre de 1966 con el número 122, folio 14, en
el Libro Oficial de Especialistas de Televisión como Técnico de Radiodifusión y
Especialista en Emisión y Producción, mientras sigue recibiendo galardones por
sus filmaciones para TVE, como son sus trofeos y medallas por sus trabajos
sobre el Torneo Nacional Universitario de Atletismo y la II Liga Nacional
Universitaria de Futbol que le fueron concedidas en mayo de 1967. Consigue
también en esta época su correspondiente credencial como Operador de
Documentales Cinematográficos, expedida por el Grupo Social de Producción del
Sector de Cinematografía del Sindicato Nacional del Espectáculo, quedando
censado profesionalmente con el número 1.520. Finalmente, en diciembre de 1968,
el Ministro de Información y Turismo le otorga el Título de Técnico de
Radiodifusión.
Paralelamente a su habitual quehacer para
televisión como trabajador de la casa, Muñoz no olvida su faceta de productor
que ha de rentabilizar y difundir sus creaciones y firma ventajosamente con TVE
un contrato para que sean emitidos en la primavera y verano de 1967 sus
documentales «Cruces y medias lunas», «Escala en Alicante», «Benidorm, bahía
azul», «Altea paraiso blanco», «Hogueras de San Juan» y «Noches de Benidorm»,
más de una hora de imágenes alicantinas a través de diferentes programas de la
serie «Puntos del globo», consiguiéndose para ellas una amplia difusión, que el
potente impacto del entonces aún creciente medio de comunicación
aseguraba.
En mayo de 1968 regresa a Alicante, figurando
profesionalmente en comisión de servicios como filmador de 2.a dependiente del
cuadro de filmadores de TVE en Prado del Rey. Los tres últimos años de su vida
ha de pasarlos intensamente ilusionado entre alegrías y frustraciones. Retorna
a Alicante con toda la aureola de triunfador cara a la galería, cargado con un
badaje de experiencias y notables contactos profesionales, deseoso de
establecerse definitivamente aquí y desde aquí levantar un sólido engranaje de
productor cinematográfico para hacer el cine que quiere y desde donde quiere.
Ha cumplido todos los requisitos para ser alguien de verdad en la profesión que
libremente escogió y sabe mejor que nadie que eso no le va a ser fácil.
Alicante, Semana Santa de
1960
Hombre de moda se casa con la mujer de moda.
Se trata de Cira Rodríguez Mazón, que años antes ha sido la Bellea del Foc de
las fiestas sanjuaneras de las Hogueras. El padre capuchino José de Benissa les
impartió las bendiciones en la catedral de San Nicolás y las notas de sociedad
de la prensa alicantina se hacen eco de un acontecimiento tan crucial para la
pareja, publicando fotografías del enlace, en las que Pascual aparece con gesto
serio y preocupado. Los recién casados se instalan en San Juan, en los
Apartamentos Niza, y allí mismo establece Pascual sus cámaras y su moviola,
mientras sigue utilizando el domicilio de sus padres, en Pintor Lorenzo
Casanova, como sede de su productora Leuka Films. Los días de miel se tornarían
después en jornadas de hiel en proporción directa a como los proyectos
profesionales del marido dejaban de cuajar y los reveses en el trabajo
llegaban. Nadie sabrá a ciencia cierta las razones, pero la pareja, que viviría
junta muchas horas de triunfo social, en 1971, meses antes de la muerte de
Pascual, tenía, tal vez como tantas otras, serios problemas de entendimiento, a
los que no fue ajeno el estado de cosas profesionales de la delegación de TVE
en Alicante, donde un protegido de turno de un alto cargo político de Madrid le
fue impuesto como jefe a Pascual y se dedicaba, sin tener unos mínimos
conocimientos profesionales, a amargarle la vida por cuestiones relacionadas
con el trabajo, hasta el extremo que el 19 de junio de 1970 Muñoz, que en modo
alguno quería volver a abandonar Alicante y reintegrarse a Madrid, solicitaría
la excedencia voluntaria de su cargo, ya como Filmador de 1.ª y teniendo el
número 98 en su carnet profesional de Radiodifusión y Televisión. Hubiera sido
interesante, a fin de completar más objetivamente este perfil de nuestro
malogrado corredor de fondo, conocer la versión de Cira sobre aquellos días
amargos de Pascual, pero no ha sido posible hasta el momento, porque el rastro
de la que fuera diosa del fuego y musa postrera de Pascual Muñoz va
difuminándose hasta perderse tras la trágica muerte del cineasta. Después de hacer
prácticamente almoneda de sus bienes ganaciales, abandonó Alicante y con la
carta de presentación de ser viuda de un pionero de la televisión, amén de su
propia belleza y ambición de triunfo, consiguió formar parte del equipo de
azafatas del programa «Un, Dos, Tres» en la primera época del popular concurso
de Narciso Ibáñez Serrador y rehacer posteriormente su vida en un nuevo
matrimonio con un piloto de aviación sudamericano al otro lado del Atlántico.
Evidentemente no parece que se tratara de una doña Jimena tradicional,
dispuesta a ser de por vida la viuda de una celebridad local, sino que en
ciertos aspectos nos recuerda a la heroína de Gala en «Anilos para una dama»;
sin embargo, nadie como ella para intentar recomponer el puzzle de los últimos
años de Pascual, pendulando desde los máximos elogios públicos al sabor amargo
de la incomprensión.
«CASTILLO DE BIAR», «EL ALGARVE», «BUENAS
NOCHES», «MALETILLAS», «SANTA FAZ», «REYES MAGOS», «LA TABERNA», «FERIA DEL CAMPO»
y «RINCON BOHEMIO» serán, sin orden cronológico, los títulos de una segunda
serie de películas de Leuka Films que anteceden directamente a sus dos últimas
cintas más celebradas, «TORREVIEJA, BLANCA DE SAL Y MORENA DE SOLES» y «EL TORO
DE MORFEO». En la película sobre la ciudad de las salinas vuelve a incidir
sobre el tema turístico, demostrando un total dominio del género, patrocinada
por la comisión de fiestas fue estrenada con caracteres de acontecimiento en
los festejos torrevejenses de diciembre de 1969. En ella Muñoz depura su estilo
buscando en numerosos contraluces y cuidados encuadres una fotografía
esteticista que plasme en imagen el espejo torrevejense que canta la habanera,
sin renunciar por ello a expresar el latir de la ciudad. Otra vez Caro se
encarga del guión y vuelve a demostrar la perfecta conjunción a la que había
llegado para poner palabras a las imágenes que tan magistralmente sabía captar
P. Muñoz. El corresponsal Francisco Atienza Ferrández en su crónica para
INFORMACION juzgó así el film: PELICULA DOCUMENTAL
En sesión privada se ha estrenado una película
en color, rodada en nuestra ciudad el pasado verano, que lleva por título:
«Torrevieja, blanca de sal y morena de soles».
El documental, que recoge toda la vida industrial, turística, pintoresca y folklórica torrevejense, es un alarde de buena dirección y realización, debido a ese artista de la cámara que es Pascual Muñoz, que sirvió a la perfección un guión magistral de Fernando Caro. Técnicamente es perfecta, por lo que se le augura un gran éxito, cuando sea exhibida en todas las salas cinematográficas y en las pequeñas pantallas de diversos países.
El documental, que recoge toda la vida industrial, turística, pintoresca y folklórica torrevejense, es un alarde de buena dirección y realización, debido a ese artista de la cámara que es Pascual Muñoz, que sirvió a la perfección un guión magistral de Fernando Caro. Técnicamente es perfecta, por lo que se le augura un gran éxito, cuando sea exhibida en todas las salas cinematográficas y en las pequeñas pantallas de diversos países.
La iniciativa del rodaje de esta película, que
tan buenos resultados propagandísticos puede dar a nuestra ciudad, se debe al
propio alcalde, don Vicente García García y su patrocinio a la comisión oficial
de fiestas, que preside.
La película, perfectamente montada por Pedro
Sevilla, contaba también con la locución de
Juan Vives, quien ya había actuado como ayudante de dirección en varias
cintas de Muñoz «Altea paraiso blanco» y «Benidorm, bahía azul» entre otras—, y las voces de la Masa
Coral del Grupo de Empresa de las Salinas de Torrevieja. De otro lado, Cira figuraba en los rótulos de
crédito como ayudante del director al igual que ocurriría en la última
película, el difícil ensayo argumental que resultó ser «EL TORO DE
MORFEO».
Alternando el blanco y negro con el color para
las secuencias oníricas, Muñoz. se plantea, en el que sería su último film, un
cortometraje sin palabras en el que la imagen tiene que contarlo todo. Autor
completo de la obra dirección, guión y fotografía—, queda claro que una nueva
época se abría en su filmografía, tal vez dispuesto a dar el salto definitivo
al largometraje olvidando sus películas industriales y turísticas, sin
renunciar por ello a sus profundas raíces de documentalista. Con tener ahora
para nosotros el aliciente añadido de un paseo en el final de la década de los
sesenta desde el Arrabal Roig por la Explanada y la Rambla hasta el coso
taurino de la Plaza de España, la película nos descubre la faceta de Muñoz como
director de actores. Curiosamente su primer y su último film, ambos rodados
íntegramente en Alicante capital, son películas con protagonista femenino casi
compitiendo en los primeros planos con un animal. Si allí fue una niña que
amaba a su perro, aquí es una mujer que con su caballo espera una oportunidad.
Angela Fernández da vida a la mujer y Muñoz acaricia con su cámara a la hermosa
torero que quiere ser rejoneadora en esta historia sencilla, pausadamente
tranquila, casi anacrónica —un caballo en la ciudad—, que estalla, con toda la
violencia de las astas de un toro intentando cornear el bello cuerpo de una
musa de pintores afanada en clavar rejones de muerte, para amainar en un
despertar, que devuelve a la dama, desafiante del símbolo del machismo ibérico,
al triste sino de volver a recoger el agua de la misma fuente de todos los
días. Sin duda que podríamos profundizar en el sentido feminista que esta cinta
posee; sin embargo, parece más interesante resaltar el inconformismo, por el
propio argumento, que late en esta última película, precursor, tal vez, de una serie
de tomas de decisiones que culmina Pascual el 25 de junio de 1970 al redactar
las dos últimas líneas de su curriculum, afirmando: «En la actualidad se dedica
plenamente a la cinematografía, alternando sus actividades como operador y
productor de cortos».
En una entrevista a toda plana realizada al
filo de «EL TORO DE MORFEO» para el desaparecido PRIMERA PLANA, firmada por
Alonso Corral, nos presenta Pascual una serie de claves para entender la
situación en la que se encontraba. Bajo los titulares «El único productor de
Cine en Alicante. Pascual Muñoz proyecta meter toda la provincia en una
película. Actualmente busca exteriores para una película del Oeste» y tras
contestar a una serie de preguntas sobre su biografía, van desgranándose los
proyectos, dudas e inquietudes que le embargaban. Algunos párrafos servirán
para intentar comprenderle mejor.
Pascual está dispuesto a meter toda la
provincia de Alicante en una película. Sólo necesita para ello dinero. Algo más
de dinero del que él dispone. Ahora está tratando de encontrarlo. Creemos que
lo conseguirá. A la fiebre que viene poniendo en todo lo que a crear cine se
refiere une un buen prestigio como productor. Dudamos de que no se le escuche.
¿Y por qué toda esta empresa,
Pascual?
—En primer lugar, porque soy alicantino; el
único alicantino, además, que está en disposición de hacerlo, pues puedo decir
que tengo para ello andado la mitad del camino; y, en segundo lugar, porque
creo que la provincia lo necesita.
Lo necesita, ¿en qué sentido?
—Por el turismo; el cine es hoy el mejor medio
que hay de publicidad para el turismo; es con el único medio con que contamos
eficaz, si me pongo al borde de la exageración.
—¿Y crees que podrías acometer algo de tanta
envergadura?
—Tengo todo previsto; todo, menos el dinero.
—¿No podrías hacerlo por tu
cuenta?
De ninguna manera; lo único que puedo hacer es
comprometerme a responder de la obra.
«Hasta el presente todo lo que ha hecho
nuestro único y primer productor de cine en Alicante Pascual Muñoz, lo ha hecho
todo él. El guión, el rodaje, el montaje, y la distribución».
—¿Habrás ganado dinero, ¿no?
Si he ganado "mucho" como tú dices,
que no es así, lo he invertido todo en hacer más cine.
Y con esas nuevas producciones has vuelto a
ganarlo.
—Bueno, sin bromas; no lo he ganado; los
documentales no dejan casi nada.
—¿Y por qué?
—No lo sé; lo que sí sé es que el documental
está fracasando en todas partes como... diríamos negocio; el documental que se
salva es aquél que se hace con el patrocinio de algo o de alguien, y se exhibe
luego gratuitamente.
¿Qué viene costando hacer un
documental?
—Si ha de quedar como Dios manda, unas
trescientas cincuenta mil pesetas.
—¿Y qué temas son los que has llevado al
cine?
—Siempre tema alicantino.
—Con actores, ¿tienes algo?
—Sí, «El Toro de Morfeo», con un argumento
corto.
—¿Y qué ha sido de «El Toro de
Morfeo»?
Pues aún, nada; está acabando el rodaje; pero
aún no lo he montado; lo que te decía antes; la falta de dinero; unas
doscientas mil pesetas.
—Bueno, y la música, ¿la compones tú
también?
No, la compro; para esta película la va a
hacer seguramente Ricardo Cerato.
—¿Y quién la protagoniza?
Angela Hernández, la rejoneadora; es también
una actriz excelente.
¿Y no te ayuda nadie a salir adelante con la
película?
Estoy esperando, y gestionándolo.
Y el asunto de subvenciones,
¿no...?
—La realidad es que todo lo que he hecho hasta
ahora me ha costado dinero, con subvenciones y todo; el material está muy caro;
la música, todo.
Y volvamos al tema de la película sobre toda
la provincia.
Es una gran cosa; podría ir toda la provincia
en ella; desde el paisaje, la luz, el turismo hasta la música; ya veremos;
también estoy pensando que quizá me fuese más fácil irla haciendo por etapas,
cuatro o cinco películas cortas.
Y la publicidad, ¿no da?
La publicidad no es el cine que yo quiero
hacer; he hecho algunas también, como opera¬dor.
¿De qué vives actualmente,
Pascual?
De mis sueldos; NO-DO y Televisión; trabajo
como cámara oficial en la Delegación de Alicante; me destinaron aquí cuando se
abrió la Delegación; como era de aquí, me vine de Prado del Rey, que era donde
estaba.
Una noticia que brinda Pascual al periodista y
que va a dar en este mismo reportaje él mis¬mo.
¿Hay alguna?
Pues sí, mira qué casualidad: se va a rodar
aquí en Alicante "Los siete del desierto", del "Oeste"; y
para que sea más noticia te voy a revelar algo más: todo el personal técnico y
todos los actores, menos el protagonista, van a ser de Alicante. ¿Qué te
parece?
- Excelente.
A mí me han encargado la localización de
exteriores ya; los estoy viendo por Agost.
—¿Y cómo le cae a Alicante una película del
"Oeste"?
- Fantástico; Alicante es una de las
provincias mejores para el cine; por el paisaje, por la luz... ¡bueno la luz es
inmejorable, la ideal para el cine!
Es raro entonces que no exista aquí
"plató", ¿verdad?
Ha habido varios proyectos de instalarlo; pero
se ha ido dejando, no sé por qué.
Pascual Muñoz es un productor de cine a la
moderna. O como creemos que debe ser hoy un productor.
El cine es algo complicadísimo hay que
estudiarlo con toda seriedad, como se estudia la ingeniería o la medicina, u
otra profesión complicada. Hay quien cree que el cine es juego, y está
equivocado; el cine hay que tomarlo en serio, trabajar mucho y estudiar mucho,
de bromas, nada.
Le fastidian a Pascual aquellos
"cineístas" de pega; aquéllos de la chalina y la barba, que todo lo
improvisan.
Una película, una escena, la posición de un
actor, el color de los labios de una actriz es algo que no ha de ser estudiado
y calculado a conciencia para que surta el efecto que debe surtir. De broma, a
«ojo de buen cubero», haciendo el ganso y tomando la profesión por cosa fácil,
alegre y divertida; no se puede hacer absolutamente nada.
Se habla de cine en todas partes.
En las sesiones de cine-club se dicen las
tontunas más grandes que puedan decirse en cualquier parte; hay quien ha leído
cuatro cosas y ya con eso se encuentra lo suficientemente fuerte para hablar
(algunos "ex cátedra") de esto o aquello; de aquella película o de la
otra; no dicen más que tonterías, te repito, sólo tonterías; el cine requiere
un estudio concienzudo, requiere experiencia, requiere luego estar formado
técnicamente, haberlo vivido, en una palabra; a mí, la verdad, es que me hace
sufrir el que se mete a hablar de ello en los cine-clubs, por ejemplo; porque
es que no tiene ni la más mínima idea; desde luego, como escuela de
aprendizaje, el cine-club, cero.
¿Qué hay que hacer para llegar a hacer algo en
cine?
Trabajar, trabajar mucho.
¿Y las escuelas?
En la Escuela de Cinematografía también se
puede aprender todo aquello que sirve para echar a andar, también; pero porque
en ella el profesorado está formado por hombres con mucha experiencia; sólo por
eso.
En el estudio de su casa de San Juan, junto a
su esposa, Pascual Muñoz proyecta y realiza, escribe y estudia hasta las altas
horas de la madrugada. Su aspecto es, ante la mesa de trabajo, el de un
ingeniero alemán. Afeitado, serio. Algo preocupado por eso del dinero,
obstáculo de los obstáculos.
Te marcharás al extranjero,
Pascual?
No lo sé; primero tengo que agotar Alicante;
este Alicante está inédito en el cine. Y es considerado en este aspecto, algo
realmente envidiable.
El western en cuestión no se llamaría
definitivamente «Los siete del desierto», sino que sería la producción de
Mirisch Corporation y C.B. Films que Burt Kennedy efectivamente rodaría en
Agost con el título de «EL REGRESO DE LOS SlETE MAGNIFlCOS», un nuevo remarque
de los primitivos siete samurais. Aquello fue un acontecimiento para Alicante,
donde un extenso reparto —Warren Oates, el lndio Fernández, Robert Fuller,
Julián Mateos, Elisa Montes y Fernando Rey entre otros— capitaneado por Yul Brynner
animó la actualidad ciudadana, hasta el extremo de conseguir que el famoso
calvo recogiera las llaves en la corrida de toros de más postín del año. En la
publicidad de la película la distribuidora incluiría el siguiente
comentario:
Méjico en España
Como es sabido, el rodaje de «EL REGRESO DE
LOS SlETE MAGNlFlCOS» tuvo lugar totalmente en España, y concretamente en
Alicante. Sin embargo, nadie podría decir que la ambientación no es perfecta,
por cuanto todos y cada uno de los miembros de la producción, y muy
especialmente figuras como el lndio Fernández han afirmado que se sentían como
en casa en el escenario natural en que se había localizado la acción.
Benidorm, julio de
1967
Cabe preguntarse qué es lo que hubiera dejado
de hacer Pascual Muñoz en favor del Cine y su Alicante. Sus contactos con el
mundo de la producción —su amigo Argamasilla fue también director de los
Estudios Chamartín quedarían lógicamente truncados con la muerte, pero
permítaseme sembrar la duda si, de haber seguido viviendo Pascual Muñoz, muchas
de las producciones que se rodaron en Almería no habrían tenido como escenario
y espacio fílmico el cielo y tierra alicantina. De igual modo, en la entrevista
antes extractada quedan clarísimamente claros los problemas económicos que le
embargaban para hacer el cine que quería, así como un profundo amor a la
provincia, nacido del firme convencimiento en las posibilidades que tiene.
Afirmaba que todo, menos el dinero, lo tenía previsto para hacer esa gran
película sobre la tierra que entrañablemente amaba... que ya tenía andado la
mitad del camino... y sin falsa modestia —y acertadamente como el tiempo ha
confirmado—que era el único alicantino que estaba en disposición de hacerlo.
Evidentemente no estaba programado que en un accidente de carretera se
truncaran tantas ilusiones, pero contrasta ese afán de Pascual por dar a
conocer su tierra, con la cicatera situación de un hoy, 1990, en los medios
cinematográficos y televisivos que Alicante padece... y eso que, además de los
dos canales estatales, se cuenta ahora con el autonómico Canal 9. Tan
importante como recuperar nuestra historia es reconquistar nuestra imagen y
tristemente no parece ser ello muy comprendido por quienes preferirán tildar de
provincianismo lo que es sencillamente evidente. Hoy la voz, la palabra, es
también imagen, como muy bien saben los expertos en marketing electoral, y
privándonos de la nuestra imponiendo otra, por muy cercana que sea, lo que se
pretende finalmente es dejarnos mudos y ciegos. Pero dejemos por ahora ello y
volvamos a un eufórico Pascual Muñoz, cuando a principios de 1970 recibe por
parte del diario INFORMAClON junto a una larga serie de personalidades y
entidades —Vicente Mójica; Víctor Palomo, Pedro Zaragoza, José Rochel Morales
(Pitiu), Eddy Merchx, la Organización Internacional del Trabajo, Donantes
Voluntarios de Sangre, Ayuda a Biafra, Manuel Fraga, Bernadette Devlin, TVE,
Fenoll, El Cordobés, Palomo Linares, y Rodríguez de la Fuente entre otras— el
nombramiento de «HOMBRE DEL AÑO», tras la consulta-encuesta a 480 personas que
propusieron los nombre entre los que tuvo que dilucidar un Jurado integrado
por:
Señorita Juanita Pascual, regidora de Trabajo
de la Sección Femenina.
Doña Carmen Arqueros, inspectora de Primera
Enseñanza.
Señorita Evelyn Mezquida, estudiante. Don
Antonio Matoses, director provincial del lnstituto Nacional de
Previsión.
Don Eduardo Taulet, delegado provincial del
Ministerio de la Vivienda.
Don Vicente Josa Martínez,
industrial.
Don Fernando Sintes Obrador, director técnico
de la Cámara Oficial de Comercio, lndustria y Navegación.
Don Antonio García-Molina, abogado, secretario
del Patronato Histórico-Artístico de Orihuela.
Don Antonio Vivo, canónigo, director del
Instituto Diocesano de Pastoral.
Don Adrián Espí, profesor del C.E.U. Don
lsidro Juan Gosálbez, médico.
Presidió el jurado el Director de INFORMAClON,
don Enrique Martínez Ballester, y actuó como secretario, sin voz ni voto, José
A. Casinos Rhoso.
El siempre inquieto reportero Vidal Masanet
recogería el 21 de diciembre de 1969 las deliberaciones del Jurado en lo que al
Cine se refería de esta manera:
«EN ClNE
PASCUAL MUÑOZ LA LABOR
ClNEMATOGRAFlCA DE T.V.E., Y EL
DlRECTOR POLANSKl»
En el capítulo «Cine» Alicante y provincia, no
había propuesta alguna. Pero, el señor Sintes Obrador refresca la
memoria.
—Existe un cine industrial, espléndidamente
realizado, y por un alicantino digno de ser destacado, ya que es justo
hacerlo.
Y citó a Pascual Muñoz cuya propuesta fue
acogida con entusiasmo y aceptada sin objeción.
A plano nacional surgieron los nombres de
Saura (Evelyn lo propuso), incluso Teresa Gimpera y Sonia Bruno por decisión de
las 480 personas consultadas.
—No sé —dijo el presidente del jurado—; tal
vez lo de Sonia Bruno sea por su matrimonio con el famoso futbolista Pirri, del
Real Madrid...
Don Fernando Sintes Obrador hizo comprender
que lo más destacable era la labor cinematográfica de T.V.E., cuyas
producciones habían alcanzado gran prestigio incluso en el mercado
internacional, muy concretamente en los países americanos de habla española.
(T.V.E., elegida).
En cuanto a «Cine» extranjero, rápidamente se
votó a favor de Polanski, aún reconociendo —sinceridad obliga— la resonancia de
su nombre a causa del suceso que le costó la vida a su bella esposa, Sharon
Tate, aparte de los indudables méritos de Polanski como director de
cine.
(Elección, por impacto
sicológico).
Pirula Arderius entrevistaba a un Muñoz feliz
que se había desayunado con la reconfortante noticia de ver reconocido su
trabajo por sus paisanos. Con la alegría de ser profeta en su tierra respondía
así:
«ESTOS SON "LOS HOMBRES DEL
AÑO"»
Pascual Muñoz, uno de los pioneros del cine
industrial en España, hombre del año.
El cine en nuestra provincia, encontró este
año su figura más destacada —según el jurado calificador de los "Hombre
del Año"— en la labor de Pascual Muñoz López por su trabajo dentro de la
especialidad del cine industrial.
Don Fernando Sintes Obrador, secretario
técnico de la Cámara de Comercio, lndustria y Navegación de Alicante, al
exponer como miembro del jurado su opinión y su juicio acerca de la importancia
actual del cine industrial, destacó los esfuerzos de Pascual Muñoz como
verdadero pionero en nuestra provincia de esta especialidad de la Cámara.
Pascual tiene 33 años. Nació en Villena.
Estuvo durante unos meses en el Seminario, trabajó después en un banco y a los
7 años marchó a vivir a Madrid. Cuenta con 11 años de experiencia como cámara
de T.V.E., y con 6 en NO-DO. Es operador de documentales y cortometrajes, tiene
una pequeña productora de cine de esta última especialidad. El filma, dirige el
montaje y se encarga también de la selección musical y hasta ha hecho sus
pinitos en la redacción de los guiones.
Este reconocimiento popular hacia nuestro
querido compañero en las labores informativas, se centra principalmente en su
inquebrantable vocación. La cámara de Pascual, realiza diariamente una lucha
sin tregua en la búsqueda de todas las posibilidades de la imagen. Cada plano
es una experiencia que va acumulando para verter más tarde en su gran ambición.
El cine con mayúscula.
Emilio Fernández, «El
Indio», uno de los más prestigiosos realizadores mejicanos y el hombre que dio
un nuevo estilo al cine de habla hispana, un perfecto villano en «El regreso de
los siete magníficos». Su creación del bandido Lorca es uno de los principales
atractivos del film de Burt Kennedy.
—¿Por dónde empezaste Pascual?
A mí me suspendieron en la Escuela de
Cinematografía, pero, había otra forma legal de abrirse camino en la profesión.
Trabajé muchos años como meritorio, entonces las productoras te extendían un
certificado de tu labor. En este sentido empecé con los directores Mur Oti y
Rafael Gil. Durante este período hice de todo en el cine: de cámara, de extra y
hasta de actorcete en algunas ocasiones.
¿Cómo definirías el cine
industrial?
—Es algo muy complicado de determinar. Es un
cine con muchas dificultades. Resultan muy monótonos los planos de una máquina.
De la agilidad de la cámara depende que este cine abarque facetas tan distintas
que van desde lo didáctico hasta lo publicitario. Una de estas cintas tiene una
duración de 10 a 20 minutos. En ella, debe ponerse de manifiesto el proceso de
elaboración en una fábrica. Es un sistema cómodo para el visitante, interesante
incluso para el que no esté iniciado en estas materias y sobre todo con un alto
valor publicitario.
Pascual Muñoz se ha presentado a dos
certámenes nacionales de cine industrial con dos temas típicamente alicantinos.
El primero: "Proceso de elaboración del cultivo del tomate en la provincia
de Alicanbras" por la que mereció la mención de honor del certamen y el
segundo "La alfombra".
—¿Preparas algún tema ahora?
Sí, entra dentro de uno de los apartados del
cine industrial, se titulará: "El ahorro y la inversión".
—¿Cómo ha reaccionado "El Hombre del
Año" ante la noticia de la designación?
Me enteré por la mañana cuando leí el
periódico en una cafetería y francamente me, sorprendió muchísimo. Realmente
ahora no sabría qué decirte.
¿Qué aspecto te ha satisfecho más? —El hecho
de que alguien haya puesto mi nombre sobre la mesa. Es bastante significativo
para mí. No sé quién ha sido pero le quedo muy agradecido.
PIRULA ARDERIUS
En la primavera de 1971 la muerte le
arrancaría de entre nosotros. Fue en carretera, de regreso de un viaje de
Barcelona, a donde había acudido, acompañando a sus padres, días antes de aquel
fatal 27 de abril. Un amargo presagio embargaría a Carmen, su madre, al
despedirse de una vieja amiga.
—La pena que tengo es que vamos a Barcelona,
pero ya no vuelvo— se le había oído decir mientras preparada el equipaje para
acudir nuevamente a la consulta médica del doctor catalán que meses antes le
había operado. Pascual, siempre buen hijo, había insistido, desechando el viaje
en tren, en llevarles en su coche. Para ello pretextó a sus padres motivos de
interés profesional, pero lo cierto es que andaba muy preocupado con aquel
fuerte catarro del que Carmen no conseguía recuperarse por sus dolencias de
pulmón.
Efectuada la visita, regresaban el 27 y, tras
comer en un restaurante de carretera, conducía Pascual los últimos kilómetros
de su vida, porque en el término municipal de Sagunto fue a empotrarse contra
un camión, que saliendo de un camino vecinal no había respetado ningún stop.
Aquel trozo de tierra valenciana fue la última que vieron sus ojos. Su madre
moriría en el acto y su padre recobraría días después el conocimiento en el
Hospital Clínico de Valencia, a donde también fue llevado Pascual en estado
gravísimo.
Aún sobreviviría unos días, en una titánica
lucha contra la muerte que fue seguida con esperanza por sus compañeros de la
prensa y radio alicantina, pero de nada sirvieron los sueros, las
transfusiones, ni la traqueotomía que le fue practicada, porque a las cuatro de
la madrugada del 11 de mayo una embolia pulmonar masiva provocó el paro
cardíaco. Su fuerte naturaleza no pudo zafarse del jaque mate que la dama del
alba le había planteado cuando aún Pascual no había cumplido los treinta y
cinco años.
Su entierro en Alicante fue una auténtica
manifestación de duelo y tal vez Pascual Muñoz haya sido el periodista
alicantino que más elogios haya recogido a título póstumo en toda la historia
del periodismo en nuestra ciudad. Para testimoniar ello basta con acudir a las
hemerotecas y repasar la prensa alicantina de la primera quincena de mayo de
1971.
Así se despedía de Pascual el 12 de mayo el
progresista diario «PRlMERA PAGINA»:
PASCUAL MUÑOZ HA
MUERTO
La vida que nos trae zarpazos a cada instante,
acaba de herirnos nuevamente con la muerte de Pascual Muñoz, acaecida en la
madrugada de ayer martes 11 de mayo de 1971. Víctima de cruel accidente,
Pascual se debatía entre esta vida y la muerte; la guadaña impía, quizás cuando
nuestro compañero en las tareas informativas se aferraba con más sublimación a
la esperanza de vivir, ha segado la juventud de sus deseos, dejándonos
huérfanos de otro amigo, compañero sencillo, abrazado a su profesión con
honradez y altas miras cara al futuro.
Pascual Muñoz, cámara de Televisión Española
en Alicante, miembro de la Junta Provincial de Radio y Televisión, ha ascendido
en plena juventud a los azules prados del cielo. No hay compañero que no sienta
esta pérdida. Pascual Muñoz amaba la vida, la de sus familiares, la de sus
amigos, la de todos los que hemos sido sus compañeros. Nos dio su afecto humano
y una correspondencia mutua. Y ahora en plena juventud, ya que apenas
sobrepasaba los 30 años, nos ha dejado.
Pascual Muñoz ha muerto. Que Dios le otorgue
el descanso y a nosotros la mentalidad suficiente para no olvidarle nunca.
Descanse en paz tan entrañable amigo.
Por su parte «LA VERDAD» abría sus páginas
alicantinas del mismo día recuadrando este sentido escrito de Emilio Chipont,
la pluma que tal vez más se ha encargado de recordarnos posteriormente su
memoria:
HA MUERTO PASCUAL MUÑOZ
Ayer, a las cuatro de la madrugada, en el
Hospital Clínico de Valencia, falleció don Pascual Muñoz López, como
consecuencia de un accidente de tráfico que padeció en Sagunto (Valencia), a la
una de la tarde del martes día 27 de abril último. La muerte se produjo, al
parecer, por embolia pulmonar masiva que provocó un paro cardíaco.
Los restos mortales de Pascual Muñoz llegarán
a Alicante esta tarde, a las 5, a la Catedral de San Nicolás donde, tras un
responso, serán inhumados en el cementerio de Nuestra Señora del
Remedio.
Cuando la mejoría era más optimista, cuando
todos esperábamos que nuestro compañero había sido arrancado de las garras de
la muerte, Pascual Muñoz —siempre cordialidad y preocupación por todos— nos ha
dicho adiós; un adiós que para los que somos cristianos no es más que un leve
hasta luego lleno de desconocidos gozos.
Fue Pascual Muñoz en su corta pero dilatada
vida de quehaceres un hombre entregado a su tarea siempre. Desde que sus padres
al llegar a Alicante estrenaron hogar en la calle de Pintor Lorenzo Casanova,
cuando la plaza de Séneca era una aventura urbanística, hasta sus mejores
logros en NO-DO, TVE, el cine... Pascual Muñoz fue nuestro amigo... Era como un
amigo pequeño y sabedor de todas las disciplinas, pero al que gustaba ser
conducido un poco de la mano para pisar con más seguridad por «esta dudosa luz
del día». Conocimos la vida de Muñoz como seminarista en Orihuela; empleado de
Banca en Villena; alumno muy aventajado en la Escuela Social de Madrid, y
después como animador muy eficaz en el lnstituto de Experiencias e
lnvestigaciones Cinematográficas, donde tuteó desde el primer día a Mur Oti,
Saenz de Heredia, Saura, Fons, Patiño... Y después su etapa muy brillante en
TVE, donde fue con nosotros en Radio Nacional, fundador de la primera
corresponsalía que daría paso brillantísimo a la actuar delegación de Radio
Nacional y Televisión.
En Argel, Portugal, Francia, Madrid.., donde
iba asiduamente para realizar el llamado cine comercial —aunque él estaba
llamado para más altos menesteres dentro del séptimo arte—era muy querido. Como
gozaba también de co¬lectivas simpatías en todos los pueblos de nuestra
provincia, y en su Villena natal, donde era una especie de ídolo.
En el desgraciado accidente de automóvil en el
que perdió la vida su madre, y su padre sufrió muy graves heridas, han quedado
deshechas dos familias. A consecuencia de aquello se nos ha ido Pascual Muñoz,
tan querido por todos, tan inolvidable para todos.
A su esposa Cira, a su padre, hermanos y demás
parientes les enviamos sinceramente desde estas líneas las más entrañables
muestras de nuestro dolor. Descanse en paz el fiel e incondicional
compañero.
E.C.H.
La noticia de aquel 13 de mayo fue el entierro
del día anterior, que desbordó de público la Catedral de San Nicolás, la plaza
del Abad Penalva y las calles adyacentes en un postrero homenaje al hombre que
detrás de una cámara tanto había hecho por ofrecer una buena imagen de Alicante
y su provincia. De esta manera, publicando también fotografía, lo recogió «LA
VERDAD»:
TODO ALICANTE EN EL ENTIERRO DE PASCUAL
MUÑOZ
Su último coche, el Renault
con el que encotró la muerte.
Todo Alicante acudió ayer a la Catedral de San
Nicolás de Bari a dar el último adiós a Pascual Muñoz, fallecido a consecuencia
del trágico accidente que sufrió el pasado martes día 27, en Sagunto
(Valencia). La cámara de Angel García recogió este impresionante momento de la
llegada a San Nicolás, del féretro que contenía los restos mortales del que fue
popular «cámara» de TVE., a las cinco de la tarde de ayer, donde, tras un
responso, sus restos mortales recibirían cristiana sepultura en el cementerio
de Nuestra Señora del Remedio. En el piadoso acto del sepelio estuvieron
presentes, además de los familiares del llorado Pascual Muñoz, el subjefe
provincial del Movimiento, Sr. Cholbí Diego; delegado provincial de lnformación
y Turismo, don José Antonio Campos; inspector provincial del Movimiento y
delegado de RTV en Alicante, don Julián Crespo Moreno, así como el teniente de
alcalde, don Manuel Compañ y los concejales Sres. Alburquerque, Peris y otras
personalidades, además de un inmenso gentío compuesto por amigos, compañeros y
público que se sumó al piadoso acto.
También las páginas de «lNFORMAClON» se
vestirían aquel día de luto y desde los talleres de la calle Quintana, Pepe
Vidal Masanet dejaba testimonio de la hombría de bien y de la profesionalidad
del amigo y compañero que se les había ido en un emotivo artículo de despedida:
ADlOS A PASCUAL MUÑOZ
Ayer fue una fecha triste. Los periodistas
—cuantos ejercemos la función de informadores— tenemos la sensibilidad a flor
de piel. En un día —mal día— se nos va un compañero, en otra fecha —fecha que
malamente recordaremos— se nos va otro amigo en las tareas de este oficio de la
profesión. El alma se nos rompe, y cada vez medita uno en el diario «round» de
la vida. ¿Vale la pena tomarse tantas cosas en serio? ¿Qué obtenemos con tantos
disgustos, con tantísimos gestos desagradables inútiles?
Ultima foto de Pascual
Muñoz, días antes del viaje a Barcelona. Junto a él, sus padres y una amiga de
la madre.
Ayer, los amigos, que éramos muchos, acompañamos
a su última morada, a la meta verdadera de la existencia, a un muchacho —era
muy joven— que sin lugar a dudas ha dejado una lección en esta vida; la
integridad de carácter, la hombría como ejecutoria en la existencia, la
fidelidad hacia quienes le rodeaban, su generosidad y, sobre todo, su honradez
profesional. Esta gran persona fue —y siempre le recordaremos— el gigantón de
Pascual Muñoz, nacido para ser uno de los pioneros (lo demostró con la cámara)
de Televisión Española, a quien Alicante y provincia perpetuará su memoria,
porque se lo merece. Jamás supo de rivalidades o de rencores, y prefirió ceder
ante incomprensiones, que tal vez nunca tuvo, pero que concibió con la
gallardía de un hombre dispuesto a buscar horizontes nuevos, quizás con esa sed
de la aventura cotidiana que se imponía por su inquietud profesional. A estas
horas, todos han estado al lado de Pascual Muñoz, con sincera y espontánea
demostración de cariño y admiración, como hombre y como profesional, sirviendo
a diario la noticia, recorriendo palmo a palmo la provincia dando curso a
Televisión Española en Alicante y luego confirmando sus privilegiadas
cualidades de cámara —uno de los primeros en el escalafón—en el mundo de la
pantalla pequeña.
Pero, sobre todo —que Dios le tenga en la
gloria—, Pascual Muñoz era un amigo en toda la extensión de la palabra. Acudía
a ver a quien se hallaba en momentos críticos, y le ofreció la ayuda que tal
vez también él precisaba. Corazón de gigante —corazón de niño—, ayuda¬ba a
cuantos le rodeaban. A mí me visitó cuanto estuve enfermo; a mí —escúchame,
Pascual—me llevó ilusiones a la cabecera de la cama; a mí —Pascual, perdóname
que lo revele— me orientaba hacia noticias para ponerme en pie de lucha: «Adelante,
Pepe Vidal, lucha...». No puedo olvidarlo, y le debo esta gratitud de bien
nacido. Y nos quería a todos los de INFORMAClON.
Ayer, muchos lloramos... ¿qué más puedo decir?
La manifestación de duelo fue la más clara expresión de un sentimiento
verdaderamente popular.
VlDAL MASANET
Después de su muerte, Pascual Muñoz no sería
olvidado por sus compañeros de la prensa y esporádicamente su nombre ha ido
apareciendo durante estos años, principalmente en la columna que Emilio Chipont
escribía para «LA VERDAD» bajo el título «Apuntes de mi block». Por Chipont nos
fuimos enterando que algún edil pensaba proponer dedicar una calle a Pascual Muñoz,
que el cineasta desaparecido era recordado por los profesionales de Televisión
Española que veraneaban en la Ciudad Antena de Benidorm y que «como el Cid...
obtienen triunfos las películas de Muñoz», (5-Xll-73), cuando se hizo eco de la
distribución y exhibición comercial por toda España de los cortometrajes de
Pascual. El 12 de mayo de 1986 recordaba así «INFORMACION» el decimoquinto
aniversario de la desaparición del cineasta:
Primer cámara de TVE en Alicante QUlNCE AÑOS
DE LA MUERTE DE PASCUAL MUÑOZ
Ayer, 11 de mayo de 1986, se cumplieron 15
años del fallecimiento del alicantino —nacido en Villena y afincado en la
capital— Pascual Muñoz López, primer cámara de Televisión Española en
Alicante-Murcia-Albacete. Su muerte le sobrevino a causa de las graves heridas
sufridas en accidente de tráfico en Sagunto (Valencia), en el que también
fallecería su madre, y su padre resultó con graves heridas, cuando conduciendo
el coche de su propiedad se dirigían hacia Alicante, en la tarde del día 27 de
abril de 1971.
En los nueve largos años que Pascual Muñoz
anduvo con la cámara a cuestas, recorriéndose toda la provincia alicantina,
además de la murciana y albaceteña, este alicantino, que llegó a ser conocido
en buena parte del extranjero además, por sus posteriores éxitos en la pantalla
grande, a la que se pasó con la ilusión y el deseo de conseguir metas mayores,
consiguió ganarse la admiración, el respeto y la amistad de cuantos le trataron.
A lo largo de su carrera profesional su
objetivo captó los actos más singulares, los hechos más sobresalientes y las
noticias más pintorescas. En su afán de buscar la noticia allá donde se
produjera, Pascual Muñoz no dudó en marcharse a Argelia para filmar los
acontecimientos de la guerra de la independencia que fueron ofrecidos por la
pequeña pantalla. Y además de Argel, Portugal, Francia y, sobre todo, Madrid,
donde llegó y triunfó.
Al finalizar el año 1969 lNFORMAClON lo
deciará «Hombre del Año», como reconocimiento a sus méritos contraídos a favor
de nuestra capital y provincia, por cuyos reportajes conseguiría gran número de
galardones y distinciones a nivel provincial, nacional e
internacional.
lnexorable el tiempo va transcurriendo y el
recuerdo de Pascual va difuminándose corriendo el riesgo de perderse para
siempre. Los cortometrajes que él produjera a través de su marca «Leuka Films»
tienen sus negativos depositados en Foto Film de Madrid, siendo los derechos
propiedad de su anciano padre, que en su domicilio guarda algunas copias de los
mismos. Otros de sus films, los que podríamos considerar cine industrial,
fueron películas de encargo y obviamente sus derechos pertenecen a quienes
contrataron y abonaron sus trabajos como profesional (C.A.S.E., Alfombras
lmperial, etc...). Sus filmaciones como corresponsal de NO-DO y TVE han de
estar catalogadas y archivadas en Madrid (las que no quedaron destruidas en el
incendio de Valencia). Ahora en 1990, cuando estrenamos la última década del
siglo XX, ni Alicante ni su provincia deben perder la oportunidad de recuperar
el inmenso caudal de imágenes alicantinas —sus tierras, sus fiestas y sus
gentes— que fueron captadas por la cámara de Pascual Muñoz. Esas imágenes son
sencillamente parte de nuestra historia cercana que conforme va pasando el
tiempo adquieren más valor.
Si para calibrar la importancia del trabajo de
Pascual Muñoz no fuera, con serlo, suficiente su papel como fiel notario de la
actualidad al filo de la noticia, cámara en ristre, en su época de corresponsal
de NO-DO y TVE, habría que hacer constar también su indudable eficacia como
profesional del Cine afincado en Alicante, creador de una productora (Leuka
Films), haciendo unas películas dignas y rentables —el boom turístico no fue
ajeno a ello—, corriendo riesgos industriales y efectuando un planteamiento
serio de su actividad, que en modo alguno debe ser confundida con la de
cineasta aficionado, por muy loable que ésta sea, ni con la de cineasta
subvencionado, tan en moda últimamente por estos lares.
Alicante, mayo de 1971
Cabe pensar en las inmensas posibilidades que
hoy Pascual Muñoz tendría, —cargado con la experiencia de pionero, avalado por
su buen hacer y enriquecido con la actividad cotidiana de casi veinte años más
de vida—, cuando existen ricas subvenciones no inalcanzables, la proliferación
del video con una industria de creación en auge, el desarrollo de la propia
televisión española con dos cadenas nacionales más los centros regionales, la
aparición de las cadenas televisivas de las autonomías y el reciente estreno de
la televisión privada. Pero no nos engañemos, Pascual no está, un accidente de
carretera nos lo robó en 1971, cuando, aún muchos vestidos de azul, antes de
convertirse en demócratas de toda la vida, se desgañitaban cantando el «Cara al
Sol». Hoy Pascual puede quedar hasta lejano, incluso tristemen¬te incomprendido
por quienes no quieran entender que una generación como la suya —nacida en
guerra—, viviendo en Alicante —sin universidad y casi en un auténtico páramo
cultural— y sin grandes posibilidades económicas para ampliar estudios,
forzosamente habría de recurrir a la soledad del corredor de fondo si quería
alcanzar alguna meta. La suya fue el Cine y lo consiguió, no sin esfuerzo y
riesgo, y cuando parecía que un prometedor futuro se abría ante él, llamándole
a cotas más altas, la muerte, que no sabe de finales felices, pidió prestadas
las tijeras de la censura y cortó el hilillo de vida del que pendía Pascual
desde aquel triste accidente del 27 de abril.
Rendir homenaje a su memoria no es sólo un
gesto de amistad sino de estricta justicia, máxime cuando Alicante celebra con
múltiples acontecimientos su quinto centenario como ciudad. Pascual Muñoz
resulta casi imprescindible si se intenta recuperar nuestra memoria gráfica.
Por ello el homenaje que en estas Jornadas de Cine Amateur se ofrece a este
auténtico pionero del Cine en nuestra provincia no pretende traer sólo su
recuerdo, sino que reivindica un esfuerzo común para que las imágenes que él
filmara con tanto amor hacia su tierra no se pierdan.
(De www. villenacuentame.com)
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