jueves, 27 de noviembre de 2014

EL MAESTRO BRAVO Y LA MUSICA

(Publicado en http://www.villenacuentame.com/2000/02/1876-1934-francisco-bravo-gracia.html)

1876-1934 FRANCISCO BRAVO GRACIA

FRANCISCO BRAVO GRACIA
"UNA VIDA POR LA MÚSICA"
En el ciento veinticinco aniversario de su nacimiento.
A Julio, amigo y compañero en aventuras zarzueleras.
Por Joaquín Navarro García
Es conocido que Villena ha tenido desde tiempo inmemorial una gran tradición musical.
Allá por el año 1623, ya se compran una serie de instrumentos para los componentes de la capilla de ministriles, que se pensaba organizar. Estos mismos, pasado muy poco tiempo, ya son requeridos por los pueblos vecinos para amenizar sus funciones religiosas o fiestas populares.
Importante fue la Capilla musical de la Arcedianal de Santiago. Uno de sus directores fue nuestro Ambro­sio Cotes, que además ejerció su magisterio en Cate­drales tan renombradas como las de Granada, Valencia o Sevilla, ciudad ésta en la que murió siendo enterrado en dicha Metropolitana.
Parroquia de Santa María, aproximadamente año 1880.La tradición bandística y orquestal se remonta a la segunda mitad del siglo XIX. La "Música Vieja" es la pri­mera de estas agrupaciones de que tengamos noticias ya en el año 1849. Diez años más tarde, figura en la misma el niño Ruperto Chapí tocando el flautín, llegan­do a dirigirla poco después.
En 1887,una nueva banda irrumpe en el panorama musical de nuestra ciudad, ésta es la denominada "Juventud Musical Villenense"
Esta tradición se ha mantenido hasta el presente, en donde nuestra Banda Municipal, que recogió el testigo de las que le precedieron, es desde 1922, año de su creación, señera y ejemplo de continuidad. Contamos también con la prolífica “Banda Joven” en donde nuestra juventud se prepara antes de pasar a formar parte de la Municipal.
"Música Vieja", año 1859. Director D. Higinio Marín, en el círculo, el niño Ruperto Chapí. Después de mucho tiempo sin tener una agrupación de estas características, contamos en la actualidad con una espléndida Orquesta de Cámara, la "Ruperto Chapí", creada en el seno de nuestro Conservatorio. Cuando esto escribimos se está gestando una importan­te agrupación sinfónica que será la titular del Teatro Chapí.
Pero si Villena ha sido y es pródiga en este tipo de conjuntos musicales, no lo es menos en personalidades que han brillado y destacan en el panorama musical. A compositores como el citado Cotes, hay que añadir a Ruperto Chapí, referencia indiscutible, a Luis Hernández, Quintín Esquembre, Antonio Ferriz y Modesto Pérez, por citar unos cuantos. No olvidamos a Manuel Carrascosa, que aún no siendo nacido en nuestra ciu­dad, supo ser tan villenero como el que más, dejándonos buena prueba de su villenerismo en la gran canti­dad de obras dedicadas a nuestra ciudad.
El matrimonio Bravo-Gracia con todos sus hijos, año 1903. Francisco y Consejo aparecen en el centro de la última fila. En el apartado de la docencia, hay que hacer refe­rencia a la gran labor que en el terreno musical desa­rrolló en su momento la academia de la profesora de piano Doña Gloria (hija de Juan Marco Soriano), así como las de Fernando Botella allá por los años 30 del pasado siglo, y más recientemente la de Doña Lola Navarro, de las que salieron innumerables intérpretes del mencio­nado instrumento. Hoy, esta labor educadora la asume con extraordinaria aceptación, nuestro Conservatorio Municipal de Música, feliz realidad ya anhelada por nuestros músicos desde finales del siglo XIX.
En este apartado de la docencia, cabe encuadrar a nuestro personaje, Francisco Bravo, de cuyas enseñan­zas y éxitos se guarda tan buen recuerdo.
Las referencias sobre Francisco Bravo giran en torno a su labor como creador y director de la actual Banda Municipal, olvidándose la gran labor que como educador realizó. Poco más sabemos sobre este ilustre villenense, por ello vamos a intentar desvelar algo más de la vida de esta importante figu­ra del panorama musical de nuestra ciudad.
Orquesta Municipal, año 1889. Francisco es el primero de la segunda fila por la derecha.Del matrimonio formado por Francisco Bravo Espinosa y Bonifacia Gracia Muñoz, nace en nuestra ciudad Francisco Bravo Gracia, a las 6'00 horas del día 1 de noviembre del año 1876. El cinco del mismo mes fue bautizado en la Parroquia de Santa María, en la misma pila que lo fueron anteriormen­te Cotes y Chapí. El Sacramen­to le fue administrado por otro villenense ilustre, el Presbítero D. Salvador Avellán, historiador y escritor, siendo sus padrinos el abuelo paterno Francisco Bravo Férriz y la abuela materna Catalina Muñoz Estevan, ambos de Villena.
El matrimonio, que vive en la calle "La Tercia" número 13, en pleno corazón de "El Rabal", tuvo siete hijos más: Virtudes, Horacio, julio, Pilar, Silverio, Con­sejo y Mario, siendo Francisco el mayor de todos ellos. En el hogar de los Bravo, de clase media, se vivía con cierta holgura económica, dada la especialización arte­sanal del padre.
Banda Laureada "Juventud Musical de Villena", año 1888. Director D. Francisco Díaz Romero. Francisco Bravo es el cuarto de la tercera fila por la izquierda. Poco es el ambiente musical que se respira en la casa de Francisco, pues la tradición familiar va por otros derroteros. Su abuelo, el padre y algún tío, son canteros y marmolistas.
A la vez que los estudios primarios, que realiza en la escuela de "La Tercia", cercana a su casa, Francisco comienza los de música con apenas 9 años, estos últi­mos de la mano de su siempre recordado y querido maestro D. Francisco Díaz Romero. Este joven director -a quien nunca se le reconoció la inmensa labor que realizó en nuestra ciudad- fue el creador de la banda "Juventud Musical Villenense", que hizo su primera actuación en las fiestas de 1888, creando a su vez una orquesta sinfónica con nada menos que 35 componen­tes. En estas dos agrupaciones ya figura nuestro perso­naje como instrumentista de oboe.
Tras la dimisión -un tanto forzada- de Díaz Romero en enero de 1892 -mal este de dimisiones y constantes cambios de director que perdura hasta el presente- se hizo cargo de la dirección de la banda y orquesta, el pres­tigioso músico alcoyano D. Camilo Pérez Laporta, fecun­do compositor, durante el período de 1892 a 1898.
Si importantes fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue decisivo para el futuro de Francisco. El "Roig" -como cariñosa­mente era llamado-, descubrió inmediatamente su ver­dadera vocación musical y el gran potencial de trabajo que, pese a su juventud, poseía. Lo toma bajo su tutela preparándolo concienzudamente.
Por estas fechas, parece ser que nuestro inmortal Chapí mostró interés por el joven Francisco conocedor de sus cualidades, aconsejando su marcha para prose­guir estudios en Madrid, a lo que su padre se opuso.
Los hermanos Boni, Francisco y Julio Bravo, año 1925. Tras la dimisión -otra vez- de Pérez Laporta, la banda "Juventud Musical", subsiste como puede, con el esfuerzo económico de sus componentes y alguna actuación esporádica que le subvenciona el Ayunta­miento, así como actuaciones que realizan en fiestas de los pueblos vecinos.
Esta situación se prolonga hasta 1900, año en el que Francisco, animado por sus compañeros y ante el aban­dono de muchos de ellos con el consiguiente peligro de desaparición de la misma, alentado a su vez por el Con­cejal D. Luis García Catalán, solicita y obtiene del Ayuntamiento, presidido por D. José Hernández Gabal­dón, la dirección de la Banda.
Esta, siguió llamándose "Juventud Musical Villenen­se" y la componían en aquel momento 18 músicos.
El cargo de director lo desempeñó Francisco sin per­cibir ninguna retribución durante ¡11 años!
En 1902, Francisco contrae matrimonio con la joven villenense Consejo Crespo Marco, dotada de gran belle­za y una muy buena voz de soprano. En 1903 les nace su primera hija, Bonifacia, que cuenta en la actualidad 98 años, a la que sigue Francisco ya fallecido y por últi­mo julio, ambos músicos, de los que nos ocuparemos más adelante.
En 1909 el maestro D. José Serra Dalmau y Francis­co organizan un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de "Margarita la Tornera". En el Teatro del Círculo Artístico, el domingo 21 de marzo, se realizó una velada literario-­musical, en la que entre obra y obra del maestro fueron leídas poesías y trabajos literarios escritos al efecto por el propio Serra y algunos periodistas locales. Así mismo fueron interpretados por un coro de niños los himnos dedicados a Chapí y a Villena compuestos por el mismo Serra, hombre culto y polifacético con quien Villena todavía mantiene una deuda de gratitud.
Banda "Juventud Musical Villenenense", año 1912. Director D. Francisco Bravo. Pocos días después, le cumple el triste deber de for­mar parte de la comitiva oficial que desde Villena se desplaza a Madrid, para asistir al entierro del Maestro.
En 1911, el Ayuntamiento le asigna un ¿sueldo? de 40 pesetas al mes, cantidad que cobró hasta el año 1920. Cabe preguntarse cómo podía subsistir una fami­lia de cinco miembros con tan exigua cantidad. Fran­cisco, trabajador nato, se ayuda con el módico precio que les cobra a los alumnos que asisten a la academia que tiene abierta, situada al final de la calle Empedra­da. En la misma es ayudado por su esposa en las clases de solfeo.
A esta academia acuden gran cantidad de niños, consiguiendo de esta manera en poco tiempo incre­mentar el número de músicos de su banda en 46 pla­zas, con alumnos de la misma. A la vez crea una nueva orquesta que actúa en todos los oficios religiosos importantes y en representaciones teatrales.
La falta de estímulo no sólo por la carencia de una remuneración económica, sino porque además los mis­mos músicos tienen que correr con los gastos de adquisición y reparación del instrumental, así como de los uniformes o la ampliación de materiales de repertorio, hacen peligrar la buena marcha de la misma. Si a esto unimos las escasas actuaciones remuneradas que reali­za la orquesta, pues la zarzuela va dando paso a las funciones de varietés, que requieren orquestas mucho más reducidas, se producen una serie de disgustos y enfrentamientos entre los miembros de ambas agrupa­ciones que desembocan irremisiblemente en su disolu­ción, a pesar de los esfuerzos que realizó Francisco para que esto no sucediese. Así pues la banda y orquesta "juventud Musical Villenense" dejaron de existir el año 1920.
Año y medio estuvo Villena sin banda, teniendo que contratarse para ciertos actos a las de los pueblos veci­nos de Caudete, Sax, Benejama o Biar.
Francisco no entiende que en el pueblo que vio nacer a Chapí y con tan larga tradición musical, nadie tomara la iniciativa para crear una banda digna de tal herencia.
Con este pensamiento, siendo alcalde D. Pedro Menor García y presidente de la comisión de música D. Franciso Ferriz García, presentó una solicitud al Ayun­tamiento, comprometiéndose a crear una nueva banda con chicos de entre ocho y catorce años.
La solicitud es aprobada por unanimidad y de esta forma, Francisco afronta el reto más grande de toda su carrera musical, la creación de una banda partiendo de cero. Y es así porque no quiere en la nueva agrupación gentes que puedan entorpecer la buena marcha de la misma, con resabios y resquemores del pasado.
El 6 de junio de 1921, comienza la ingente labor de enseñar a los futuros músicos, ayudado como siempre por Consejo, su esposa, en las clases de solfeo. Ciento sesenta son los niños educandos matriculados.
En poco más de catorce meses el compromiso adquirido por Francisco se ve cumplido y el 5 de sep­tiembre de 1922 la flamante y juvenil banda desfila por primera vez por las calles de nuestra ciudad, estando compuesta por 62 pequeños músicos. El ins­trumental fue adquirido a la firma Remigio Torró Sil­vestre, de Bañeres, por la cantidad de 8.590 pesetas en total.
Los esfuerzos, el tesón y empeño puestos por Fran­cisco en tamaña empresa, se vieron recompensados a juzgar por el impacto y el éxito que consiguieron, en ese día tan importante para la cultura villenense. Hoy, después de 79 años de aquella proeza, nuestra Banda Municipal de Música sigue siendo una feliz realidad.
En agosto de 1923, la banda es contratada, junto a la Banda Municipal de Valencia, para participar en las Fiestas Mayores de Elche. Fue tan grande el éxito que obtuvieron nuestros jóvenes, y por lo visto expertos músicos, que recibieron una alta distinción, de la que hablaremos más adelante.
1925 es otro año de éxitos para Francisco y su banda destacando el primer premio que consiguen en el certamen de bandas que se celebra en Alicante. El mismo consistía en diploma y 5.000 pesetas en metáli­co, pesetas que se repartieron en su totalidad entre todos los músicos.
La banda recibe en 1927 una nueva promoción de músicos. De ésta sólo queda entre nosotros Antonio Cañizares, que entró con 14 años como platillero, y que junto a José Navarro Oliva, que es de los fundadores, son los únicos supervivientes de aquellas generaciones de músicos.
Francisco consiguió del Ayuntamiento un local de ensayos medianamente en condiciones. Este era lo que actualmente es el Museo Arqueológico José María Soler, pasando después al que hoy ocupa el Archivo Municipal, teniendo ambos su entrada por el patio del mismo.
El matrimonio y sus hijos habitan por estas fechas una casa situada en el número 11 de la calle Joaquín María López, antes "El Raso", hoy Luciano López Ferrer que estaba junto al antiguo edificio de "La Sardina''.
Solicitud presentada al Ayuntamiento por Francisco Bravo. Documento fundacional de nuestra actual Banda Municipal de Música. (Archivo Municipal, AMV 495, MÚSICA 1921). Además de extraordinario docente, Francisco es mejor instrumentista, llegando a ser un verdadero vir­tuoso del oboe, tocando también el piano con cierta maestría.
Su faceta de compositor es menos conocida, des­graciadamente hoy poco podemos decir sobre su obra que permanece desaparecida. Sabemos que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos llega el titulado "Julito", dedicado a su hijo y también valses, polcas, mazurcas y bailables al gusto de la época y, cómo no, algunas marchas moras.
En 1929, sus discípulos y amigos, ofrecen un home­naje a D. Francisco Díaz Romero -recordemos, aquel que creó la "Juventud Musical Villenense" en 1887-. El artífice -no podía ser de otra manera- fue Francisco, que siempre guardó un gran cariño hacia su primer maestro. A tal efecto, Díaz Romero se desplazó a nuestra ciudad, en donde fue recibido de forma multitudinaria.
Al año siguiente la banda se desplaza a la localidad murciana de Águilas, con motivo del homenaje que nuevamente se tributa a Díaz Romero al habérsele con­cedido la Medalla del Trabajo, por petición de sus ami­gos de Villena.
Francisco Bravo, año 1929. (foto muy retocada) Una vez más, Francisco demostró la buena prepara­ción que bajo su magisterio tenían sus músicos, code­ándose con bandas de categoría como las del Regi­miento de Córdoba y la Municipal de Águilas.
Llegamos al principio de los años 30, entrando en la recta final de la vida de nuestro personaje.
Villena no era ajena a las convulsiones políticas que sacudían a la Nación. Los cambios constantes de polí­ticos en el gobierno municipal repercutían en el funcio­namiento de ciertos organismos, en nuestro caso la Banda de Música, y por ende en su director. Es sabido lo que a la administración le cuesta "soltar" dinero para cuestiones artísticas. Es una inversión que no es renta­ble, o al menos eso creen algunos políticos. Si ya es difícil subvencionar pintura o escultura, que tienen resulta­dos palpables, no digamos nada sobre invertir en músi­ca, la "cenicienta"de las bellas artes.
Hablando del caso que nos ocupa, las bandas de música, muchas veces los políticos olvidan el papel que las mismas desempeñan en la vida ciudadana, cum­pliendo una importante labor cultural, social, educativa y aún festiva.
Francisco estuvo siempre en continuo sobresalto con nuestros ediles. Desde que entró en el mundo de la música, vivió siempre con la incertidumbre de su futu­ro,dependiendo éste del humor con que se encontrase el político de turno, y añadiríamos, según el color polí­tico del mismo.
Unas veces era la disolución de la banda, situación que vivió varias veces, otras su destitución y las más la falta de subvenciones. Su lucha fue constante. Su tempe­ramento,fuerte cuando se trataba de defender sus dere­chos y los de sus músicos,no tenía tregua a la calma.
Como prueba de lo que decimos aquí van estos dos ejemplos: el primero de ellos abortado a tiempo, el segundo por desgracia de dramáticas consecuencias.
Corre el año 1923, nuestra recién creada banda par­ticipa en las Fiestas de Agosto, en Elche. El éxito de nuestro jóvenes músicos fue tan grande que el Ayunta­miento de dicha ciudad le otorga la "Palma de la Virgen" o del "Misteri". Tan alta distinción solamente se había concedido una vez con anterioridad y nada menos que a S.M. D. Alfonso XIII.
Podemos imaginar la alegría del maestro y sus alumnos y del pue­blo todo, que acudió a recibirlos como a ver­daderos héroes. No obstante los éxitos lo­grados, en marzo de 1924 el Alcalde de turno, D. Lorenzo Mu­ñoz Guardiola -abue­lo político del que esto escribe- quiso "premiar” tan importantes logros conseguidos para nuestra ­ ciudad destituyendo a Francisco Gil del cargo de director, D. Salvador Amorós Martínez, conocedor de la injusti­cia que se quería cometer con Francisco, consiguió reu­nir en poco más de un día 2.000 firmas de adhesión y reconocimiento a su labor, logrando de esta manera que no prosperase semejante barbaridad. Los motivos aducidos para tal atropello, una vez más, fueron el gasto que suponía el mantenimiento de la banda.
Y llegamos a nuestro segundo ejemplo, a la funesta mañana del 24 de noviembre de 1934,día triste para la música en nuestra ciudad.
Banda Municipal, año 1927. Sobre las 13'30 horas, Francisco, al ir a entrar en el Ayuntamiento, se cruza con su discípulo y componente de la banda Antonio Cañizares. Un simple "hola y adiós" son las únicas palabras que se cruzan, cosa que extraña a Antonio, pues siempre que se encontraban surgía un motivo de conversación, aunque esta fuera corta. Antonio nota en su maestro cierto nerviosismo. Francisco, citado al efecto por un guardia municipal, tiene una reunión con el Alcalde y el Secretario. Sabe­mos por fuentes familiares que algunas de las reivindi­caciones que preocupaban a Francisco últimamente eran, entre otras, conseguir del Ayuntamiento el reco­nocimiento profesional de los componentes de la banda, y una subvención pendiente que se quería anu­lar. Además, estaba tratando ya el tema de su jubila­ción, que por lo visto quería adelantar a los 60 años.
La reunión se desarrolló en el despacho del Secretario D. Juan Bellod Iranzo , con la presencia del Alcalde accidental D. Rafael Bonastre Tomás, republicano radical -nuestro Francisco republicano moderado- que días antes le había amenazado con disolver la banda. Este Alcalde, no valoraba la labor de Francisco y aprovecha­ba cualquier ocasión para humillarlo. Lo que ocurrió en el despacho nunca trascendió. Testigos presenciales ase­guraron haber oído fuertes voces y un gran golpe dado sobre una mesa, procedentes del mencionado despacho.
La consecuencia de tan acalorada discusión fue el infarto de miocardio -certificado como coronarios- que sufrió Francisco y que le dejó fulminado en el acto. Eran las 14 horas. Avisada la familia,y cuando su hijo julio de 16 años acompañado de su cuñado Francisco, se dis­ponían a cruzar el umbral del Ayuntamiento con una angustia tal que les impedía articular palabra,se cruza­ron con el Alcalde que salía en ese momento, quien sin más preámbulo le espetó a julio "sube que tu padre se ha muerto"... sin comentario...
La noticia se propagó rápidamente por toda la ciu­dad, llenando de consternación a sus habitantes, pues Francisco era persona muy querida y respetada por todos.
Su entierro, celebrado al día siguiente, constituyó la más grande demostración popular de duelo que se recuerda en la ciudad. La misa funeral, ofrecida en el templo de Santiago a las 9 horas de la mañana del día 27, fue otra prueba multitudinaria del cariño que Ville­na sentía por Francisco, que de forma tan dramática entraba en la leyenda musical de nuestra ciudad, con el cariñoso nombre de Maestro Bravo.
Banda Municipal de Música en el año de su fundación, 1922. En relación con este suceso queremos dejar cons­tancia de un hecho que nos llama la atención. Todos conocieron, en su momento, que la muerte le sobrevi­no en el despacho del Secretario Municipal. No deja de ser curioso que en la documentación que manejamos, encontramos consignada en la partida de defunción que la misma se produce en el domicilio familiar de la calle Joaquín María López...?
En 1931 Francisco contrajo unas "fiebres de Malta", dolencia que le acompañará hasta su muerte, y aunque su salud se resentía constantemente por los persistentes estados febriles, esto nunca fue motivo para dejar de cumplir con sus obligaciones en la academia y ensayos de la banda.
El maestro Bravo tenía un carácter muy severo,pero sólo en cuestiones musicales, que se contrarrestaba con una gran humanidad y sencillez. Accesible siempre a todo aquel que le demandaba algo, era de una simpatía innata que le hacía ganarse el aprecio de todos cuantos le conocían.
A pesar de esta seriedad en las academias con la banda, su casa era visitada constantemente por los alumnos que con cualquier pretexto se pasaban allí horas de conversación con el maestro y su familia. La tradición y el gusto por la música en la familia Bravo Gracia se inicia con Francisco. Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegan a pertenecer en algún momento a las bandas que dirige el hermano mayor.
Mención especial merecen sus hijos, pues ambos se han dedicado a la música profesionalmente y con cier­ta relevancia. Francisco fue instrumentista de flauta tocando también el piano y además compositor. Tiene gran cantidad de pequeñas obras entre las que destaca­mos los pasodobles "Villa-Llena" y "Túrbula", dedicados a nuestra ciudad, y la marcha "Gloria" a Elche. Así mismo compuso gran número de pasodobles, cantables y música de baile. Sucedió a su padre tras su muerte por breve espacio de tiempo en la dirección de la banda.Falleció en Elche, ciudad donde residía, el 4 de febrero de 1988.
Banda Municipal dispuesta para iniciar un pasacalles, año 1931. Julio dedica toda su vida al piano. Es pianista acom­pañante y maestro concertador de la "Coral Ilicitana", prestigiosa agrupación lírica desde hace 53 años. Ha per­tenecido a varias orquestas de ritmos modernos y es pia­nista acompañante de diversos solistas líricos, sin olvidar su importante labor docente impartida durante muchos años. En la actualidad,a sus 81 años, todavía está en su puesto de la Coral. Reside en Elche desde 1935.
Boni, la hermana mayor, al igual que julio aprende los secretos del piano llegando a tocarlo con cierta des­treza. Su dedicación al mismo se limita tan sólo a ame­nizar las veladas familiares que con frecuencia se reali­zaban en su casa.
Pero Villena tenía una deuda de gratitud con el maestro Bravo. No bastaba con la pensión vitalicia de 750 pesetas anuales que le fue concedida a su viuda el 14 de diciembre de 1934, 20 días después de su muer­te -prestos se mostraron nuestros ediles en esta oca­sión- y que desconocemos por cuanto tiempo fue efec­tiva. Digamos de paso que Consejo, su esposa falleció en Alicante en 1944.
Banda Municipal, año 1931.Fue 39 años más tarde cuando el Ayuntamiento pre­sidido por D. Pascasio Arenas y siendo concejal delega­do de la banda D. Pedro Palao, se decide rotular una calle de nuestra ciudad con el nombre del Maestro Bravo. D. Manuel Carrascosa, director durante tantos años de nuestra Banda Municipal, le hizo su particular homenaje en el año 1941, dedicándole un airoso paso­doble titulado "Francisco Bravo", que se estrenó el día 5 de Septiembre de ese mismo año.
Estaba en posesión del carnet n.°. 18.749 del Mon­tepío de Enseñanza Musical, expedido el 1 de julio de 1930; y el de la Asociación Nacional de Directores de Bandas de Música, con el n." 278 y fecha del 1 de marzo de 1933.
Francisco Bravo, año 1930. El Maestro Bravo poseía unas cualidades musicales poco comunes y aunque no recibió estudios académicos, supo a fuerza de tesón y estudio ser un músico con una preparación y una capacidad de trabajo extraordinarios.
El Maestro Bravo; fotocomposición realizada con motivo de su muerte como recuerdo para sus alumnos. Año 1934.
Pero si importante era su faceta musical, no lo fue menos la humana. El maestro Bravo encontraba sosiego en el pequeño taller de zapatero que se había construido en las cámaras o "cambras" de su casa. En él, de forma artesanal y con cierta pericia por cierto, realiza infini­dad de pares de zapatos para toda la familia y algunos amigos. Pocos conocían ésta ocupación de Francisco. Pudo haber escogido otra más intelectual, más de acuerdo con su posición, pero prefirió ésta más acorde con su sencillez personal. Allí,en la soledad de su pequeña factoría, entre el olor de las colas, rodeado de hormas y retazos de piel, consigue un poco de tregua en su constante lucha por mantener su banda.
El amor y cariño que puso en su labor, la transmitió a sus alumnos y a quienes le conocieron, cualidades que han hecho que hoy,aún con el paso del tiempo, se le recuerde con verdadero cariño. El Maestro Bravo fue, en definitiva, un hombre honesto, íntegro y bueno, fiel a su vocación.
Nació para la música, su vida fue la música, y la música le costó la vida.
Carnet de la Asociación Nacional de Directores de Banda, año 1933.No sería justo terminar éstas líneas sin dejar constancia de nuestro más sincero agradecimiento a las siguientes personas: Julio Bravo, Francisco Alegre, Vicente Prats, Alfredo Rojas, Antonio Cañizares, Pedro Herrero, Mª Jesús y Marina Navalón, Miguel Hernández Ferri, Ana Valdés y Pilar Díaz y Ana Hernández, del Archivo Municipal de Villena.
Extraído de ... DIA 4 QUE FUERA 2001
 
UA-9316238-1